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Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

26.2.09

Trabajo significativo

El más reciente libro de Malcolm Gladwell (autor del bestseller “The Tipping Point”) titulado “Outliers”, hace un recorrido por situaciones que rodean a personas destacadas por alcanzar el éxito en sus respectivas áreas y se aventura a explicar qué ha ocurrido en cada caso. Personajes como Bill Gates son analizados hasta convertirlos de dioses en seres humanos que, aparte de tener muchísimo talento, también han tenido la suerte de estar en el lugar correcto a la hora correcta. Me llamó particularmente la atención uno de los conceptos que el autor presenta y que lo llama “trabajo significativo”.

Trabajo significativo es aquella actividad que realizamos para obtener, a cambio, una retribución proporcional a la misma. O sea, si trabajamos más ganamos más y viceversa. ¿Qué ganamos? Ganamos más dinero, más conocimiento, más satisfacción, más beneficios en general.

Este es un concepto clave. Propongo que el término empleo sea redefinido como “trabajo significativo”. Venezuela debe plantearse crear “trabajo significativo” en lugar de hablar de empleo. La actual crisis financiera y económica mundial es, sobre todo, una crisis de empleo. Es por allí donde se produce la reacción en cadena que afecta tan profundamente las economías más importantes.

Millones de trabajadores son despedidos de sus empleos. La economía de la información y el conocimiento no parece tolerar más aquellos cargos definidos en términos de rutinas diarias compensadas a través de montos salariales fijos. El factor trabajo no parece resistir más el ser parte de los costos fijos. Una conversión de un 100%, de fijo a variable, sería quizás demasiado radical e inconveniente. Pero una parte fija, combinada con una variable es, a lo mejor, la solución.

Esta forma de ver la actividad económica se aparta de la absurda simplificación entre capitalismo y socialismo. Tanto en el capitalismo como en el socialismo (mucho más en el socialismo), el empleo se separa de los resultados y existen masas de trabajadores que diariamente ejecutan rutinas que, rara vez sujetas a evaluaciones reales, pueden recibir anualmente algun bono o asignación por desempeño... pero, en general, son actividades muy poco parecidas a lo que Gladwell identifica como “trabajo significativo”.

Poder crecer, poder verle el queso a la tostada (como decimos aquí en Venezuela), debe ser el meollo del programa económico a ser aplicado para superar la actual crisis. Libertad, reglas de juego claras, cero impunidad... son ingredientes necesarios para que las personas, tanto naturales como jurídicas, funcionen óptimamente como empresas. El cambio no deberá dirigirse, obviamente, hacia ningún tipo de socialismo, con un Estado empleador y mantenedor de ejércitos de empleados agobiados por miserables rutinas.

Ojalá tengamos la suerte de que nos orientemos como sociedad hacia el desarrollo generalizado del trabajo significativo... para así generar la prosperidad material y espiritual que merecemos y alcanzar el éxito como país altamente productivo.

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