Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

19.10.20

Lo determina el azar del señor portero: fake news

El español de Venezuela tiene un diccionario editado por la Fundación Polar. En esta publicación aparecen las palabras que esta tierra ha parido, muchas de ellas sonoras, divertidas, juguetonas. Lo que no aparece es el habla del venezolano, las formas de expresarnos que nos caracterizan y que constituyen hasta una forma particular de ver las cosas.

Por "habla del venezolano" no me refiero a lo coloquial o informal; ni a las definiciones o usos particulares que le damos a ciertas palabras; tampoco a los célebres dichos populares. Me interesa en cambio destacar dos formas del habla que son más medulares, que no dependen de referencias específicas, que se usan en una gran variedad de situaciones y que nos impactan en nuestra manera de ver la vida en general. Me refiero entonces a estas dos maneras de hablar: El uso del subjuntivo (fake news) y la despersonalización (lo determina el azar del señor portero).

El uso del subjuntivo y los fake news
Una manera sencilla de entender al subjuntivo es cuando nos capturamos a nosotros mismos hablando de situaciones hipotéticas, imaginadas, tanto que apunten al pasado como al futuro. Por ejemplo: "si hubiera sabido que había azúcar en el supermercado, habría entrado a comprarla"; o también "si el autobús llegara en los próximos cinco minutos, tendría chance de llegar a tiempo a clase." El subjuntivo usado de esa manera es inútil: en el primer caso es una queja culposa, mientras que en el segundo es una esperanza en grado de frustración, como diría un criminólogo.

Datos sobre cuántos compatriotas hablan así son difíciles de obtener, pero sí me consta que varias personas muy cercanas con quienes interactúo, hacen uso del subjuntivo de una manera cotidiana. Al darme cuenta de que aparte de inútil, puede llegar a ser perjudicial, he optado por gritar el equivalente al "spoiler-alert" que se usa para libros y películas: grito "¡subjuntivo alert!" para ver si me refuerzo el darme cuenta de ese hábito y ver si además logro hacer que ocurra algo parecido en la otra persona.

Ese hábito hace que muchos "analistas" transmitan a la población un negativismo ante el cual parece que tenemos pocas defensas. En los medios de comunicación, puede aparecer sin anestesia cualquier invento que desde la mirada subjuntiva no causa el menor resquemor. Es tomar muchas hipótesis no como puntos de partida para explorar, para aprender algo; sino tomarlas como puntos de llegada, para sentirse mal, para ni siquiera darse cuenta de que son situaciones hipotéticas, imaginadas.

Es algo cultural. Está tan cerca que se vuelve invisible en lo cotidiano.

La despersonalización y "lo determina el azar del señor portero"
Otro hábito del habla del venezolano que, de nuevo, no tengo datos estadísticos para indicar su prevalencia, es la de utilizar el "se" impersonal como pronombre aplicado a personas o cosas, de tal modo que el sujeto de la acción queda más o menos oculto en la frase. Por ejemplo: "la taza se quebró"; o "se te quiere." La misma persona que dice cualquiera de las dos frases es el primer sospechoso en haber quebrado la taza, o en querer a alguien; sin embargo no usa las palabras para indicar con claridad lo que pasa. Una forma ultra sofisticada de un equivalente al "se" impersonal, era el famosísimo "mantra" con el que César Miguel Rondón comenzaba su programa en Éxitos 99.9 a las 6:00 AM: "Determina el azar del señor portero..." que el principal titular con el que habría el programa era X. Era culpa del señor portero lo que realmente era una decisión editorial de él, es decir, querer comenzar su programa sin saber cómo lo iba a comenzar (sin entrar en hondonadas de que, quizás, sí sabía cómo quería comenzar, pero a lo mejor no todo el tiempo decidía saberlo o sí, o "en fin", como también lo diría él).

En todo caso, culturalmente hablando el uso de ese pronombre falso u ocultador es una práctica que denota una cierta humildad, pero que generalmente se usa como para no entrar demasiado en confianza o no "exponerse" más de la cuenta; cuestión que nadie realmente humilde pensaría en adelantar como estratagema. En la palabra escrita es sumamente utilizado para que, especialmente en ámbitos académicos y profesionales, lo dicho tenga un look más objetivo e imparcial como corresponde. De allí que universitarios sean, quizás, quienes mayormente traen eso al habla común y así se torna a lo impersonal en algo táctico para el día a día de todos.

Cambio cultural: cambio de creencias expresado en el habla cotidiana
Es curioso que en el primer caso, el del subjuntivo, a pesar de estar referido a algo imaginado o hipotético, no pareciera (esto es una hipótesis lanzada por mí - ¡subjuntivo alert!) que el hablante sienta el menor prurito en aparecer como sujeto en sus propias frases; mientras que en el segundo caso, la despersonalización, con frases más directamente referidas a hechos constatables, el hablante busca no estar directamente como muy visible.

Si la data sobre una masiva prevalencia apareciera (¡subjuntivo alert! - tipo hipótesis, nuevamente), estas características del habla del venezolano podrían indicar que en nuestra cultura valoramos lo inútil de los fake news, al mismo tiempo que no nos gustaría hacernos responsables de ello. Una frase a medio camino en la que Chávez en 1992 reconoció que ellos (los golpistas) sí tenían unos objetivos, pero que por ahora no fueron logrados: “Compañeros, lamentablemente, por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”. Esa frase fue aplaudida como una gran hazaña en la prensa por haber aparecido él como "responsable" de un (no de su) fracaso. No estiró mucho la responsabilidad, porque habría quedado como demasiada mea culpa en la cultura dominante.

¿Cómo hacer para que una República con su Estado de Derecho, su División de Poderes, su Rendimiento de Cuentas ante la Ciudadanía y demás características de una nación moderna pueda tener cabida en una cultura como la nuestra? ¿Creemos realmente en nosotros mismos como pueblo cuando nos la pasamos del subjuntivo a la despersonalización? ¿Cómo combatir los fake news y la poca disposición a hacernos responsables, si todos los días nos las decimos y practicamos el ver si nos hacemos los locos?

Los cambios culturales son filos de navaja. Pensar, sentir, decir y hacer de la manera que corresponde a ciudadanos de un país moderno es una tarea pendiente para lograr superar nuestro desastroso presente. Crear nuevos rasgos en nuestra habla no aparece en ningún diccionario. ¿Cómo hacerlo?