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Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

15.8.18

Modernidad con una "gota" de postmodernidad

Modernidad con una "gota" de postmodernidad

La modernidad como conjunto de valores nacidos esencialmente en la Ilustración (libertad, dignidad individual, igualdad, etc.), expresados inequívocamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, ha sido confundida con una etapa histórica y atacada desde distintos flancos por detractores inspirados en uno o más conjuntos de valores pre-modernos, basados en concepciones militaristas, religiosas o simplemente naturalistas que tramposamente buscan su justificación en una supuesta alineación con postulados evolucionistas.

La postmodernidad ha sido también feroz en su ataque a la modernidad como estrategia para abrirle paso a una "nueva etapa histórica." Afirmaciones como "la verdad no existe, se inventa" se han interpretado como "todo vale" y grupos de cínicos llegan a ejercer poder en distintos ámbitos (político, económico-financiero, académico, etc.) de las mismas sociedades modernas, a través de artimañas de cualquier índole, con la intención de debilitar los valores de la modernidad y lograr así permanecer ejerciendo ese poder circunstancial de manera indefinida.

La fortaleza de los grupos anti-modernidad (sean pre o post) puede derivarse de un concepto o capacidad que cultivan de manera práctica y que los modernos hemos tendido a rechazar por ser contraria a los valores que defendemos: la tribu. Las tribus anti-modernidad han cultivado la idea de identidad y pertenencia a su grupo, sea éste religioso, político, académico o económico. Por el contrario, los individuos modernos no queremos, típicamente, sentirnos parte de ninguna tribu porque eso en sí mismo lo vemos como una traición a la esencia de los valores de la modernidad.

La consecuencia de sentir que se cuenta con el apoyo de una tribu es que el individuo expande su capacidad de influencia, de lucha, de conexión y así tiene más posibilidades de éxito en sus acciones. Los países y grupos anti-modernidad han avanzado peligrosamente en su propósito de debilitar las sociedades de rasgos más modernos. Mientras tanto, los individuos modernos y sus instituciones no logramos repeler eficazmente esos ataques, que llegan tanto desde fuera como de dentro de nuestras sociedades.

Una posibilidad es movernos, como individuos modernos, hacia una mirada un tanto ecléctica (hasta cierto punto post-moderna en sí misma) de nosotros mismos y de nuestras sociedades. Un toque de post-modernidad, una gota de tribalismo agregada a la modernidad, puede ayudar a recuperar terreno y defender los valores en los que creemos. Ese vigor híbrido es necesario porque la tendencia actual en Occidente es a sucumbir ante las incesantes amenazas anti-modernas.

Es como regresar a la idea de Elenor Roosevelt cuando en 1948 propone la Declaración Universal, pero sin esa pretensión de hacerla necesariamente "universal". Por supuesto, no tenemos que llamarla Declaración Tribal, pero sí corresponde unirnos con la fortaleza que produce la identidad y la unión típicas de las tribus. Una Organización de Naciones Unidas a la que asisten tiranos y sus representantes sin la menor vergüenza, es la trampa que ha debilitado a la modernidad. Toda tiranía debe ser considerada por las sociedades modernas (las que son democráticas, libres y respetuosas de los derechos humanos), un delito de lesa humanidad.


Suscribo la voz de alerta que Steven Pinker ha lanzado con su reciente libro sobre las amenazas a las conquistas de la Ilustración (https://www.amazon.com/Enlightenment-Now-Science-Humanism-Progress/dp/0525427570). Pero no sólo hay que recordarle a la gente que ese conjunto de valores de la modernidad es muy conveniente para todos. Nos corresponde organizarnos como tribu, para defendernos de los ataques sistemáticos que vienen de tribus enemigas, tribus que usan cínicamente los valores de la modernidad para destruirlos y que proyectan sus propios demonios en las sociedades modernas para poder así justificar sus ataques.