Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

22.11.20

Esbozo de una teoría de las relaciones interpersonales (teoría suspicaz de la locha)

 Hoy, Día del Psicólogo y para colmo estando casado con una psicóloga, he tenido el insólito atrevimiento de formular un esquema de análisis de las relaciones interpersonales, que se me ocurrió llamarlo "Teoría Suspicaz de la Locha(*)"; atrevimiento porque no tengo las credenciales, el conocimiento o la experiencia mínima indispensable para hacer algo así con propiedad. Que conste pues que, si bien no la llamé "de la locha" porque piense que ese sería el valor más representativo para la misma, no sería improbable que termine siendo ése el valor que le corresponda, dada las características que reúne su autor. Veamos pues los antecedentes de cómo surgió esa teoría, una explicación de la misma (que espero no sea demasiado enredada) y las posibles líneas de investigación que de ella se podrían derivar.

Antecedentes
Una de las primeras actividades que hice hoy fue ver algo en Youtube referido a la Empatía. Esa animación explica que el conocerse a sí mismo desde la antigüedad hasta el siglo XX se basaba en la Introspección; pero que en el siglo XXI eso debe cambiar hacia la Outrospección, es decir, no mirar solamente hacia adentro sino también hacia afuera, hacia los demás, y la clave para hacerlo bien es ser empático. El que hace ese planteamiento en el video afirma que el británico George Orwell es un autor clave, por haber practicado la empatía en una onda temprana de Outrospección importante. (ver video)

Luego de comer frutas me fui a caminar con ML, mi esposa. Le comenté lo del video y comencé a hacerme preguntas en voz alta. La empatía es un ejercicio esencialmente ético. Pero, para hacerlo: ¿Habría que partir de unos principios que uno aplique en toda situación? ¿Será que la congruencia (pensar, sentir, decir y hacer lo mismo, consistentemente) es el principio que debo aplicar? ¿Y si en una determinada situación no tiene definitivamente sentido que sea congruente? ¿Será que el principio a seguir es que en todos los casos lo que haga siempre tenga sentido? ¿Y si en un caso particular no tendría sentido que le busque sentido a lo que pasa?

Esas preguntas me indujeron a acudir, en última instancia, a la Regla de Oro como gran principio ético a seguir: No le hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran (Confucio); o en su versión proactiva: Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran (Jesús de Nazareth). En ese principio hay variables o componentes: el uno, el otro, el hacer, el no-hacer, lo que me/le gustaría o no... y pensé: "De repente, de ahí puede salir una teoría."

Como excelente psicóloga y esposa, ML me escuchó atentamente y dejó que emprendiera el trabajo de elaborar la incipiente teoría... Comencé, ya de vuelta en casa, a garabatear un esquema, uno de esos en los que aparecen cuatro cuadrantes como el esquema gráfico del Dilema del Prisionero. Descarté como 5 o 6 dibujos, porque iban emergiendo subdivisiones en los cuadrantes. Al final, llegué a identificar 16 subdivisiones, de las cuales 2 corresponden al gran principio ético, o sea tanto la versión del confusionismo, como la del cristianismo. De allí, 2/16 = 0,125. O sea, el valor de una locha.

Explicación de la teoría
En una relación interpersonal "outrospectiva" existen distintas posibles situaciones que dependen de cada persona involucrada. La teoría consiste entonces en analizar esas posibles situaciones de la relación interpersonal y detectar semejanzas/diferencias que permitan agruparlas de alguna manera; y, una vez agrupadas, que se pueda inferir posibles explicaciones y prospecciones que resulten de alguna manera útiles. Comencemos por el punto de partida de toda relación interpersonal: Tú y Yo.

El "Tú" y el "Yo" representan a cualquier par de personas. La relación entre ellas depende de lo que hagan o dejen de hacer y de si eso que hacen o no, les gusta que se lo hagan o hacerlo cada una a la otra. Esa combinatoria de posibilidades se resume en el siguiente esquema:

Esquema preliminar para explorar una teoría de las relaciones interpersonales


La manera de leer cualquier dieciseisavo (1/16) presente en el esquema es, por ejemplo en la esquina superior derecha en color naranja, la siguiente: 

Yo te hago lo que SÍ me gustaría que me hicieran y que SÍ te gustaría que te hicieran. AS corresponde al concepto: Amistad Simétrica (o regla de oro tipo proactiva, propia del cristianismo).

Otro ejemplo de lectura del esquema, en el mismo cuadrante en color negro:

Yo te hago lo que NO me gustaría que me hicieran y que NO te gustaría que te hicieran. ES corresponde al concepto: Enemistad Simétrica (o situación de guerra o conflicto abierto).

De una revisión de las 16 subdivisiones, se obtiene lo siguiente:

Las cifras porcentuales arriba indicadas corresponden a las fracciones de subdivisiones agrupadas en cada una de las 5 categorías conceptuales, con respecto al total general de 16 subdivisiones.

Tal como se observa, entre las posibilidades de una relación interpersonal, solo un 12.5% correspondería a un "sweet-spot", es decir, a una relación realmente armónica y satisfactoria. Esto puede interpretarse de dos maneras:

  1. Si una persona se relaciona con cien personas y las posibilidades del tipo de interrelación se distribuyen uniformemente en las 16 subdivisiones, con un poco menos de 90 de esas 100 personas, el individuo experimentaría situaciones con diversos grados de desarmonía o amargura (bitter).

  2. Si dos personas se interrelacionan y las posibilidades de la interrelación se distribuyen uniformemente en las 16 subdivisiones, un poco menos del 90% del tiempo las dos personas experimentarían situaciones con diversos grados de desarmonía o amargura (bitter).
Esto implica que existe una especie de "pareto" en las interrelaciones humanas y sería por lo tanto ingenuo plantearse que todo el tiempo y con todos, logremos una interrelación armónica y satisfactoria.

Posibles líneas de investigación
Esta teoría puede ser desarrollada experimentalmente a través de instrumentos que determinen si la distribución uniforme de los tipos de interrelación interpersonal, ocurre significativamente en suficientes casos. Desarrollar esos instrumentos depende de que personas con las destrezas requeridas se sientan atraídas por la aventura de refutarme. Dudo que exista algún psicólogo así, pero si conocen a alguno que se anime, por favor envíenme sus datos que estaré a la disposición para contribuir con en ese esfuerzo en lo que pueda.

El video que ví hoy, recomendaba ejercer la empatía con todos, incluyendo a aquellas personas con quienes uno tiene diferencias importantes, pero que están allí y, necesariamente, tenemos relación con ellas. Trump es una de esas personas para mí, y ante los hallazgos preliminares de esta atrevida teoría que formulé hoy, no podría de dejar de reconocer que sus respuestas tienen sentido si en cada interrelación personal, uno tendría solo alrededor de 10% de obtener un resultado altamente satisfactorio. Ante periodistas que le preguntaban si iba a aceptar los resultados de la elección presidencial y que tanto ellos como sus lectores y televidentes esperaban que él respondiera con un SÍ y que incluyera además que obviamente aceptaría gallardamente una posible derrota, el tipo nunca lo hizo, siempre decía cosas como: "Bueno, vamos a ver qué pasa" (let's see what happens). 

El desempeño laboral tanto en lo público como en lo privado no debería regirse por la Ley Suspicaz de la Locha. No es aceptable que en una ciudad no se recoja el 90% de la basura, como sucede en Caracas. O que un empleado trabaje productivamente solo un 10% del tiempo, porque estadísticamente no sería factible hacerlo mejor que eso. La interrelación de los individuos con organizaciones y con la sociedad está más allá del ámbito personal. Son los roles, las posiciones, los cargos, no las personas. Pero eso nunca lo ha entendido Trump como político o empresario.

En todo caso, solo conceptualmente, la Teoría Suspicaz de la Locha puede ser de gran utilidad para aceptar que las interrelaciones personales no son fáciles y que hay más posibilidades de que no funcionen completamente bien, que lo opuesto. Eso permite ecualizar las expectativas y tener una posición más atenta hacia cómo se desenvuelven las interrelaciones con otros. Por ejemplo, ante un prefecto o un sacerdote en el momento de la pregunta: ¿X, acepta usted por esposo a Y, para amarlo en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe? Las respuestas tradicionales y esperadas es sobretodo el SÍ, pero cabría la posibilidad de un NO. Sin embargo, dadas las dificultades propias de las interrelaciones personales, ¿No cabría entonces también la posibilidad de que la respuesta fuese (a lo Trump) un: "Bueno, en principio SÍ, pero vamos a ver cómo se desenvuelve la relación y así vamos viendo."

Una teoría pues que sirva para valorar lo bien que uno se siente con alguien, porque eso es menos probable que lo contrario. Será entonces una locha, pero de oro. ¿Verdad ML?

(*) Locha: unidad monetaria que correspondía a 1/8 de bolívar y que en esos tiempos en los que el bolívar era una moneda fuerte y prácticamente no había inflación, servía para comprar cosas sencillas como un Toronto (bombón de chocolate con una avellana adentro).






14.11.20

¿Impunidad y vanidad?

Hay un par de reflexiones ancestrales que influyen en nuestro presente, como es lógico, y que quizás expliquen lo paradójico que nos resulte a veces el acontecer cotidiano. Me refiero a la parábola del hijo pródigo y al mito de Narciso. Cotidianamente, observamos que en muchos casos el hedonismo consumista se impone ante la responsabilidad de crear capacidades y como que, pasa el tiempo, hasta llegar, en el caso de todo un país como Venezuela, a una precariedad tan exagerada que no podemos creer que en esta pelea el equipo de la "responsabilidad limitada" haya sido derrotado por el de la "irresponsabilidad ilimitada."

Una cosa es la interpretación que en psicología se le da al mito de Narciso y otra la que vulgarmente se entiende. Los psicólogos asocian esencialmente al narcisismo con el exceso de falta de empatía que este personaje mostraba a quienes se sentían atraídos por él. Si bien su atractivo formaba parte de la ecuación, lo que caracteriza al narcisismo no es tanto lo vanidosa que pueda llegar a ser una persona, sino la exagerada falta de empatía que pueda tener hacia los demás.

En cambio la interpretación coloquial pone el énfasis en la vanidad, en el estilo hedonista, indolente, despreocupado de vivir "gozando una bola." Este foco en las "plumas del pavo real" hace que por lo general se ignore el aspecto más importante de la poquísima empatía que los narcisistas tienen. De allí, conectando con la otra reflexión, pregunto: ¿Tuvo el hijo pródigo un ataque de narcisismo hedonista, gozón, pero que cuando se le acaba la herencia decide devolverse a la casa paterna? (no sin mostrar una especie de arrepentimiento al volver - aunque no se sabe si, habiendo encontrado una buena oportunidad, habría regresado de todos modos donde su padre).

El hermano mayor, en pocas palabras, le reclama al padre que esa conducta del otro hijo no puede quedar impune. La parábola no aclara si de allí en adelante el hijo pródigo volvió a tener otros ataques de narcisismo, porque pareciese que el mensaje principal de la parábola es cómo el amor incondicional del padre a su hijo y la alegría de volver a tenerlo en casa, superan la necesidad de castigar su conducta. De ser reincidente, quizás la parábola habría llegado a otra conclusión. No solo no lo sabemos, sino que la idea del perdón, si hay arrepentimiento, parece ganarle según la religión al que no se tolere la impunidad.

Reducir la impunidad parece entonces un asunto más laico. Responde a la lógica general de favorecer o castigar determinadas conductas a través de incentivos y desincentivos. Los países donde existe menos impunidad (EEUU, Canadá, Europa, Japón, Singapur...) como que tienden a funcionar mejor, a construir más capacidades y mantener a raya un hedonismo generalizado. Pero existen otros países, entre ellos destacaría Venezuela, en los que la prioridad de construir capacidades fue bajando posiciones hasta llegar a los últimos lugares de la lista.

Décadas de importantes ingresos petroleros se dedicaron en buena parte al consumo hedonista, a la rumba. La herencia petrolera se recibió con antelación y se dilapidó, especialmente en este siglo. El ataque al concepto empresarial de las compañías anónimas que típicamente se consideran sociedades de responsabilidad limitada, se cambió por uno muy narcisista-hedonista que sería el de entidades, sobre todo estatales, de irresponsabilidad ilimitada. ¿Cuántas veces han quebrado los bancos estatales, sin mencionar la absoluta quiebra del bolívar como signo monetario? ¿Cómo están las empresas expropiadas y la misma PDVSA?

Un narcisismo entendido como vanidad perdonable parece ser tolerado y hasta aplaudido por el vulgo. Detrás de eso lo que realmente ocurre es una profundamente psicopática falta de empatía y un corazoncito de mentira que celebra la impunidad con la que estos reincidentes regresan una y otra vez a exprimir al padre-nación. Un padre ya ciego, sordo, senil, que se ha ido quedando solo porque los hermanos mayores murieron o se fueron a países donde no reina la impunidad.