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Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

30.10.23

Sobre la naturaleza paradójica de la mente y el lenguaje natural


Imagen cortesía de Karen Arnold

La RAE define paradoja como "hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica." Según esta definición, parece que el encontrar paradojas pudiese ser algo quizás raro y poco frecuente. Su parquedad parece despachar el tema definiéndolo como lo que no es, porque simplemente se trataría de algo contrario a la lógica.

Por otra parte, la misma fuente de referencia indica que la mente es un "conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo." No se menciona si la lógica forma parte de todas esas actividades y procesos, solamente se indica que la mente sirve para conocer, para darse cuenta de lo que nos ocurre. Acá no hay referencias a lo que no es, a lo
"de-mente," a la locura o la pérdida de la razón (de la lógica). Quizás exista en estas definiciones una conexión subyacente entre paradoja y mente: lo paradójico estaría más lejos de la razón (de la mente) y más cerca de la locura (lo de-mente).

Finalmente en materia de definiciones preliminares, la RAE indica que lenguaje natural o idioma es la "lengua de un pueblo o nación, o común a varios" y lengua es un "sistema de comunicación verbal propio de una comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura." Obviamente, aunque no lo aclara, el lenguaje natural es lo que normalmente se usa como herramienta para poder desarrollar las actividades y procesos en la mente, tanto en la producción de pensamientos y emociones, como en el comunicar a otros cualquiera de esas "excreciones" del lóbulo frontal del cerebro. En el caso de la paradoja, la conexión emerge tácitamente con el lenguaje porque esta es una palabra y la usamos para etiquetar algo contrario a la lógica. La relación entre paradoja y lenguaje natural parecería entonces tangencial, no medular, pero no lo es.

Casi que cada palabra tiene a su lado otra(s) que la contradice(n)

Le pedí a mi asistente (ChatGPT) que me estimara el porcentaje de palabras que NO tienen antónimos, entendiendo por antónimos una o más palabras de un idioma que contradicen el significado de otras palabras del mismo idioma, en por lo menos un contexto particular. Su estimación fue que menos del 5% de las palabras no tienen antónimos. De hecho, durante el prompting le pedí que me hiciera una lista con 10 palabras sin antónimos; y de las 10 que me dio, a solo una no le pude encontrar antónimos: "agridulce." Tampoco la palabra "paradoja" tiene un antónimo claramente definido.

Esto implica que es probable que las herramientas de la mente, los idiomas, tengan a un 95% de sus capacidades expuesto a contradicciones. Sería entonces plausible afirmar que estamos acechados por paradojas, por la posibilidad de que estas aparezcan sorpresivamente. El truco evolutivo para contener este riesgo podría ser la lógica. Por lógica se entiende lo relativo a "leyes, modos y formas de las proposiciones en relación con su verdad o falsedad." Esa posibilidad de establecer valores excluyentes, binarios (Verdadero / Falso, Sí / No), es lo que ayudaría a ahuyentar a los fantasmas de las paradojas.

Pero la mente pareciera que no tiene problema en aceptar lo no binario, especialmente cuando el inconsciente "habla."

Consciente e inconsciente, ¿Son tan mutuamente excluyentes como se ha creído?

Sólo mencionar la dupla consciente / inconsciente nos ubica ante dos opuestos: se está consciente o, si no, se está inconsciente. Sin embargo, a pesar de que estar consciente lo asociamos con darnos cuenta, con estar atento en el presente, en el aquí-ahora, sabemos que sin estar durmiendo muchas personas están como dormidos, no se dan cuenta, no prestan atención. Eso ocurre por diversas causas, pero ocurre y es paradójico. 

El asunto es todavía más complejo. La mente funciona aparentemente sin unas divisiones tan tajantes entre opuestos. Los sueños muestran generalmente situaciones raras, absurdas, que parecen locas porque no tienen lógica o tienen una lógica propia muy particular. El mundo de la vigilia para convivir en sociedad, en ciudades, en países, sería mucho más complicado si no se comparte una lógica común que ordene el caos propio del encuentro entre diferentes y arbitrarias lógicas individuales. Cada individuo a su manera se ve obligado a lidiar con el caos que emana de su propia mente, especialmente si contrasta con las condiciones y restricciones que impone la convivencia social.

El eje consciente / inconsciente es entonces un continuum, no un par de valores binarios. Coexisten y es prácticamente imposible excluir a cualquiera de los dos. Son opuestos pero no por ello dejan de ser necesarios, diferentes, complementarios. Son, en sí mismos, paradójicos.

Ni sí, ni no, sino todo lo contrario

Un presidente venezolano ya fallecido, utilizó una vez la frase "ni sí, ni no, sino todo lo contrario" para evadir una pregunta de la prensa. Quizás para él solo fue una astucia retórica, pero la reacción de la opinión pública fue la de descalificarlo sin reflexionar sobre las posibilidades que brinda el idioma. Si la comunicación se aleja de la lógica, de lo racional, reconociendo la posibilidad de más de una respuesta (algunas correctas, otras no), se disparan las alarmas en los medios y para la mayoría de la gente.

Lo racional y lo irracional, lo lógico y lo ilógico, son tan inseparables como lo consciente y lo inconsciente. El problema aparece cuando no podemos reconocer la naturaleza paradójica de la mente y el lenguaje natural. Ante lo paradójico nos sentimos a la intemperie.

Aquí unas paradojas que mi asistente amablemente me suministró:

"Créeme soy mentiroso."
"Si reemplazas todas las partes de una nave, ¿sigue siendo la misma nave?"
"¿Puede un ser todopoderoso crear una piedra tan pesada que no pueda levantar?"
"El conjunto de todos los conjuntos que no se contienen a sí mismos, ¿es un elemento de sí mismo?" (esta es de B. Russell)
"Si olvidas que has olvidado algo, ¿realmente lo has olvidado?"

Moverse con fluidez entre lo no paradójico y lo paradójico ocurre en la mente de manera natural. El esfuerzo se requiere cuando uno insiste en habitar uno de los dos extremos. Ser rigurosamente lógico, hilado, estructurado, es lo que se espera normalmente y toma años lograrlo a través de la educación. Luego, el querer moverse desde ese extremo al otro implicaría un esfuerzo quizás equivalente.

Sin embargo, habitar un tiempo en lo paradójico podría ayudar a lograr un equilibrio entre ambos extremos, una integración fluida. Sería como regresar la mente a su estado natural y mirar la principal herramienta de ella, el lenguaje natural, como algo más poético y creativo que lo que usualmente se cree que es y, en consecuencia, usar esa poderosa herramienta para lograr una exploración intelectual y emocional más profunda. Desde allí que esa relación equilibrada y dinámica entre opuestos, nos podría ayudar a comprender mejor las complejidades del tejido de la civilización, para así poder contribuir más a su riqueza y progreso.