Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

6.7.20

FOMO, FOMI, hábitos y política

A raíz de la pandemia de la Covid19 me enteré del acrónimo FOMO (en inglés): Fear Of Missing Out. Esto se usa para indicar, especialmente entre gente joven, las conductas de quienes no se quieren perder de nada, los que le dicen que sí a toda invitación y se enredan la vida, porque no pueden soportar la idea de que otros hacen cosas que ellos no. O sea que se están perdiendo algo.

La relación con la pandemia es que ésta casi que acabó con el FOMO. Como todos están en cuarentena, encerrados sin poder viajar, salir a fiestar, etc., la sensación de FOMO se reduce considerablemente. Sin embargo, en condiciones normales el FOMO afecta a todos, independientemente de edad y otras características personales. Es, de alguna manera, algo cercano a la envidia y el resentimiento.

Algo que frecuentemente hago es que si encuentro un OUT, pienso en un IN (o sea, le busco la quinta pata al gato...). Entonces pensé en la posibilidad del FOMI: Fear Of Missing In que, en español, sería como el miedo a parar de hacer algo que uno normalmente hace. Eso sería el miedo al cambio, la incomodidad de comenzar una nueva etapa, la incapacidad para manejar la incertidumbre que emerge en una nueva etapa que implicará vivir nuevas experiencias.

El FOMO se vincula a la comparación envidiosa con otros. El FOMI se conecta con la dificultad de abandonar nuestros hábitos que, si son muy fuertes, ya no se trataría de hábitos sino de adicciones. ¿Y que tiene que ver todo esto con política?

En el contexto político actual dde 2020, se presentan los dilemas de la participación electoral y el de arreciar la presión internacional contra el régimen a través de sanciones cada vez más numerosas y fuertes. Existen al menos dos posiciones entre quienes se consideran de oposición: los que abogan por un acuerdo para participar electoralmente y que ven la eliminación de las sanciones como algo que lo facilitará; y quienes consideran que toda elección organizada por el régimen es un fraude cantado y abogan porque se aumente la presión internacional hasta lograr un gobierno de transición que sí permita organizar procesos electorales libres y legítimos. Una hipótesis o conjetura que propongo es que en ambos casos hay miedos (fears), pero que en el primer grupo es del tipo FOMO, mientras que en el segundo es del tipo FOMI.

El primer grupo estaría conformado por la "mesita", muchas ONGs como Dale Letra, Labo, etc., los alacranes que usurpan partidos y la dirección de la AN, María Corina, etc. La reacción tipo FOMO se habría producido porque dentro de la oposición han sido como excluidos o no totalmente integrados por el grupo dominante de los G4. Se vieron a sí mismos como relegados, como perdiéndose oportunidades de destacar y terminaron convirtiéndose en la oposición de la oposición. Ese resentimiento, por no haberlo trabajado quienes lo han venido sintiendo (y por no haberlo advertido quienes, quizás sin quererlo, lo provocaban), ha hecho un enorme daño a los esfuerzos por cambiar el actual régimen y comenzar a superar los gravísimos problemas que tenemos.

Pero el cambio podría producirle miedo al G4. 20 años siendo oposición puede haberse convertido en un hábito y hasta en una adicción. La discontinuidad en acciones, las torpezas en secuencia, en fin, la cantidad de actos fallidos entre intentos tipo golpes, dudas, etc., podrían indicar un FOMI, es decir, un deseo inconsciente de no querer dejar de ser oposición. Un temor al compromiso de pasar  a ser gobierno, a abrazar esa nueva etapa con toda la incertidumbre que ésta representa.

En síntesis, miedo, y ese miedo en ambos grupos no sirve sino para seguir perdiendo ante un enemigo fuerte e indudablemente desalmado. Detras del miedo hay una mentalidad de víctima que lo produce. En el discurso radical de las redes se arremete contra el régimen en clave de venganza y eso políticamente no ayuda. Pero menos ayuda cuando los ataques son dentro de la misma oposición.

Cero víctimización, cero miedo, full confianza, full diálogo. No hay dilemas. El cambio que producirá la derrota del régimen es lo prioritario para todos los venezolanos, incluyendo a muchos seguidores del oficialismo que sufren las terribles condiciones en la que se encuentra Venezuela y que no podremos superarlas si no corregimos el rumbo que hasta ahora han impuesto los militaristas que se han enquistado en el poder.