Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

27.1.21

Breaking Bad: ¿Metáfora para abordar la sombra de la libertad individual?


La premiada y afamada serie de Netflix Breaking Bad trata sobre un profesor de química llamado Walter White quien, ante un diagnóstico de que tiene cáncer de pulmón, decide dedicarse a producir metanfetaminas; su intención es poder hacer dinero suficiente que sirva para que, luego de su inminente muerte, su familia se mantenga viviendo dignamente.

Walter está resentido por lo poco que gana como profesor, por las obligaciones familiares, por las comparaciones que se hace con otros profesionales que a diferencia de él sí han alcanzado éxito económico. Ese resentimiento, combinado con la noticia sobre su enfermedad, se convierte en una fuerte reacción que lo lleva a buscar aprovechar sus conocimientos para hacer ese dinero, ese dinero que previamente nunca se puso a producir. Pero la necesidad de hacer un monto significativo a una gran velocidad, lo conduce al terreno de lo ilegal: la droga.

Si cada ser (incluyendo a los humanos) solo necesita estar vivo para darse cuenta de que inevitablemente va a morir en algún momento, ¿Por qué Walter decide en circunstancias extremas volverse más "productivo" tomando un tipo de decisión que podría haber tomado mucho antes, sin tener la presión de una posible pronta fecha de su muerte como aliciente? ¿Será que dejar herencia es como seguir viviendo más allá de la impronta genética, puramente biológica, de la descendencia?

Esa aparentemente suficiente razón para decidir lo que decidió, resultó luego más o menos incompleta porque, en el fondo, Walter buscaba con igual o mayor entusiasmo poder decidir y seguir decidiendo libremente sobre qué, cómo, cuándo, dónde y con quién hacer lo que quería hacer como individuo. Es su libertad individual, más que el presunto amor por esposa e hijos, lo que pareció determinar la ruta a seguir. Walter va entonces dejando de ser objeto de su empleo, de su familia, de su entorno... para convertirse en un sujeto que toma decisiones, que actúa de acuerdo con sus objetivos (con complicaciones y efectos colaterales terribles en muchas de las circunstancias), pero con decisiones propias.

Esa es la promesa de la Modernidad: el individuo libre, que toma sus decisiones, que es "capitán de su alma," como diría el otro W.W., Walt Whitman de quien, por cierto, aparece su libro Hojas de Hierba en uno de los nudos claves de la extensa narración. Pero a esa capacidad, a esa la luz brillante de muchos individuos libres y dignos que iluminó la posibilidad del Enlightenment (La Ilustración), lo acompaña a su paso la sombra de la complejidad generada justamente por esas decisiones que, por ser libres y de muchos individuos, serían hasta cierto punto impredecibles. 

Junto a la Modernidad va a crecer inevitablemente la incertidumbre, el azar, así como las oportunidades de cambio. Eso la hace compleja y quizás incomprensible. La libertad para decidir podría combinarse con un análisis de escenarios y de opciones pero, hasta para el ser más inteligente y capaz, la explosión combinatoria lo abrumará.

El individuo libre y decidido se encontrará con muchos otros individuos libres y decididos para crear una compleja red de interacciones. El usar mentiras y estratagemas podría ayudarlo un rato a controlar la diversidad de posibles situaciones. Pero, más temprano que tarde, la sombra de la complejidad emerge para empañar los sueños de libertad que Whitman (y cualquier otro liberal moderno) creyó posible.

Un orden fascista o comunista reduciría la complejidad, pero también mataría la libertad. Un sistema de libertades aumenta la complejidad pero junto con ella aumentará también la incertidumbre y sus inevitables complicaciones. To break bad es tentador pero peligroso.

Libertad individual significa responsabilidad individual. No hay excusas, ni tampoco alegatos sobre que las intenciones eran las mejores. Pero, de todos modos... ¡Bienvenida la libertad!

12.1.21

La paradoja de Bertrand Russell y los "analistas" de oposición

Bertrand Russell, matemático y filósofo inglés (1872 - 1970), le escribe en 1902 a Gottlob Frege, matemático y filósofo alemán (1848 - 1925), una carta en la que le planteó una idea que más tarde fue conocida como la paradoja de Russell, que consiste en lo siguiente:

Si se se considera a M como el conjunto de todos los conjuntos normales, siendo un conjunto normal aquél entre cuyos elementos no está él mismo (si estuviera no sería entonces un conjunto normal, sino singular); si M no pertenece a M, entonces sería parte de un conjunto normal y tendría que pertenecer a M; pero si pertenece a M, entonces no debería ser parte de M. Es decir, existe una contradicción porque no pertenecer a M, lo hace pertenecer a M, pero si pertenece entonces no es normal, o sea no pertenece.

Tomado del video explicativo de Archimedes Tubehttps://www.youtube.com/watch?v=J-voJm6tNJY&t=487s

¿Qué tiene que ver entonces la paradoja de Russell con "analistas" de oposición? Vamos a ver si logro conectar estas cosas aparentemente poco relacionadas.

Lo normal en teoría de conjuntos es lo que define a los conjuntos que en sí mismos no pueden ser parte de ellos mismos. Un conjunto normal, por ejemplo, puede ser aquel que reúne a todos los gatos del mundo. Ese conjunto no es en sí mismo un gato, por lo tanto no puede ser un elemento que pertenezca a ese conjunto. Lo singular es lo que distingue a los conjuntos no normales, es decir, aquellos conjuntos que sí pueden considerarse que pertenecen a sí mismos. Un ejemplo de ello es el conjunto de todas las herramientas matemáticas; ese conjunto es en sí mismo una herramienta matemática y, por lo tanto, está incluído como elemento perteneciente a sí mismo.

Si se considera a Mci como el conjunto de todos los medios de comunicación independientes que entrevistan a analistas opositores o publican sus artículos, siempre que todo analista opositor produzca análisis a favor de la oposición (los medios que nunca entrevistan o publican artículos a favor de la oposición, son los del régimen); como existen redes sociales y en ellas algunos analistas de oposición divulgan frecuentemente sus análisis de oposición (pero a la oposición), se puede afirmar que cada analista es en sí mismo un medio, por lo tanto cada uno de ellos sería parte de Mci, o sea que Mci en este caso es un conjunto del tipo singular. Pero, al observar que ciertos analistas hacen frecuentemente afirmaciones opuestas a la oposición, uno se pregunta si es lógico que sean elementos de Mci, o si se trata de unos "análisis" que no reúnen las características mínimas necesarias para que se consideren de oposición.

Si, a pesar de esos "análisis," siguen siendo presentados y entrevistados como si fueran opositores al régimen, uno también se pregunta hasta qué punto esos mismos medios pertenecen al conjunto Mci, o si serían en todo caso elementos del otro conjunto Mcr (medios de comunicación del régimen), pero solapados.

Las paradojas son contradicciones y las contradicciones ponen al cerebro "a pistonear y pasar aceite." Solamente una aguda capacidad para ser cínico le posibilita al cerebro de esa persona (por ejemplo un Jorge Rodríguez, o un José Vicente Rangel - la lista de ese tipo de personajes es muy larga), funcionar con inteligencia casi que perfectamente. Un régimen militarista integrado por gangsters cínicos es un enemigo formidable que exige que nos demos cuenta de las retorcidas trampas comunicacionales que usan para hacer emerger contradicciones por montón.

Si bien Bertrand Russell puso a pasar trabajo a Frege antes de la publicación de su libro sobre fundamentos de la lógica y las matemáticas, no lo hizo para perjudicar. Pero las paradojas malintencionadas hay que saberlas identificar a tiempo porque producen incongruencia y debilidad. Si ya sentimos eso desde hace tiempo, es porque esas paradojas siguen ahí y quienes las diseñan, lanzan y machacan cada vez que pueden, con una coraza de cinismo que los protege, andan por ahí tranquilazos.

No hay nada peor que mutar en cínico y mezclarlo con la debilidad y tristeza que sintamos. Hay que darse cuenta de si nos encontramos diciendo "todos son iguales" o "ninguno sirve" o "esto se lo llevó quien lo trajo", etc., porque detrás de esas frases está la operación de guerra psicológica feroz a la que estamos sometidos, produciendo el resultado que los gangsters ya han obtenido y que esperan que se mantenga. 

Los matemáticos y filósofos construyen sólidas mansiones de ideas maravillosas y útiles. Pero los gangsters cínicos solo logran levantar castillos de naipes, aparentemente inderrumbables, que son tan fuertes como las paradojas que ponen a circular y las contradicciones que estas producen. Darse cuenta de ellas ayuda, indudablemente, a derrumbar esos castillos.