Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

28.11.22

¿Cuál son las diferencias y semejanzas entre debate, conversación y diálogo?

 


El debate es como el boxeo pero en vez de dar y recibir puñetazos, los involucrados dan y reciben argumentos. La idea es derrotar al otro, que caiga en la lona por knock out. No es fácil y cualquiera puede terminar derrotado en sus argumentaciones. La buena noticia es que con esos "golpes" se aprende, no solo a argumentar mejor, sino a tener una mejor idea del mundo y sus complejidades. Perdiendo en un debate se puede, a su vez, ganar en aprendizaje, siempre que se escuche atentamente a los contrincantes (de paso, escucharlos también resulta indispensable para poder ganar en los debates).


La conversación es como el baile, es una danza en la que el ritmo y la melodía son sustituidos por el tono y color de las palabras que vienen y van sin detenerse, pero respetando silencios que no son otra cosa que mostrar que lo que se quiere al final es disfrutar del otro, de lo que siente, dice y sabe, recíprocamente, y de la manera lo más honesta posible. Muy distinto al boxeo, aunque a veces pueden haber pisotones o también "avances" que pueden cruzar límites que el otro no quiere que sean ignorados. En esa "danza" ambos bailarines ganan, esa es la idea porque siempre será para divertirse.


El diálogo es como una combinación de debate y conversación, con el objetivo de negociar y ponerse de acuerdo con respecto a acciones específicas. Es como un ritual de guerra, un debate donde hay argumentos, pero que no se pretende que sean para hacerle knock out al otro, sino que es también bailar un poco, conversando con ese contrincante. La idea no es que uno de los dos salga derrotado, sino acordar algo entre ellos, algo que vayan a hacer juntos o que cada uno hará por su lado. 

Las tres actividades se parecen porque tienen su fundamento en el lenguaje, en las palabras que se intercambian, en plantear y escuchar cosas. Esto implica que las armas de fuego no son argumentos válidos y si una de las partes se empeña en que así lo sean, la otra parte debe tener las suyas o contar con el apoyo de quienes las tengan.


¿Qué pasa si el diálogo es entre la oposición desarmada (de armas de fuego) de un país, y el régimen militarista que ha llevado a la miseria a ese país? ¿Combinar debate y conversación es posible o es simplemente necesario? ¿Qué sucede con las armas como argumento o puesto eufemísticamente el respeto a los Derechos Humanos?

Los venezolanos solo pueden dispararle votos al régimen. ¿Será que el régimen acuerda debatir en esa arena a riesgo de quedar knock out?

4.11.22

Dilemas del libre albedrío

 


En una fábula de Esopo la zorra se convence de que estaban verdes unas uvas maduritas que no pudo alcanzar para comérselas. La zorra prefiere lo malo de engañarse y seguir aguantando la sed, antes que aceptar su fracaso en intentar alcanzar unas jugosas uvas. Toda decisión en la que nos enfrentemos a una alta probabilidad de fracaso, nos expone ante el dilema perverso de escoger lo malo para evitar lo peor.

Hay situaciones de la vida real que me dejan perplejo ante dilemas de este tipo.

Niños maltratados
Una maestra de preescolar me comenta del caso de un par de hermanitos, varón y hembra de 5 y 3 años aproximadamente, cuya conducta y trabajos en clase revelan señales de posibles maltratos en su hogar. Lloran frecuentemente, juegan poco, sus dibujos muestran figuras amenazantes en colores oscuros y trazos violentos, en resumen sus conductas contrastan con el resto de sus compañeros de clase. Al consultar la maestra con alguien si debería denunciar ese caso ante autoridades, la persona a la que consultó le respondió que si había pensado en la posibilidad de que estos niños pudieran llegar a estar peor en manos de instituciones de un Estado fallido como es el que actualmente tiene el país donde está ese preescolar.

Falsos y auténticos
Leo un reportaje sobre personas que viven en Estados Unidos, que tienen empresas y bienes inmuebles a pesar de haber declarado previamente que eran unos anti-imperialistas cuando formaban parte de un régimen militarista latinoamericano. En otras realidades hay anti-imperialistas genuinos que siempre están dispuestos a dar la vida en ataques suicidas en contra de Estados Unidos. Viendo el contraste entre ambos tipos de personajes me preguntaba si el cínico falso anti-imperialista no sería menos malo que el auténtico terrorista anti-imperialista.

Uvas verdes y democráticas
Finalmente, en regímenes militaristas que normalmente quieren parecer democráticos, aunque sea mínimamente, se organizan elecciones. Hay políticos opositores que saben que aunque las probabilidades de fracasar en cambiar el régimen por esa vía son altas, deciden "saltar" como la zorra de Esopo, en campañas electorales para terminar declarando que las "uvas democráticas" estaban verdes. Pareciera que escogen entre lo malo de participar en elecciones amañadas y lo peor que supuestamente sería no hacerlo.

Es posible que estos dilemas surjan cuando se cruzan dos factores que intervienen en la toma de decisiones: 

1. La alta probabilidad de empeorar una situación (en los 3 ejemplos arriba mencionados serían un peor trato para los niños, una proliferación de terroristas y una ausencia total de las prácticas de elegir a través del voto popular)

2. La necesidad sentida de querer hacer algo por mejorar una situación

Al cruzar ambos factores se obtiene lo siguiente:




El sentido común indica que si la probabilidad de empeorar es alta y es deseable hacer algo, lo preferible es quedarse con el malo conocido (en los ejemplos sería que los niños permanezcan en su casa; que los corruptos cínicos no sean tan rechazados como los terroristas; y que las elecciones ocurran aunque la probabilidad de que produzcan cambio sea mínima).

A veces dudo de si me queda algo de sentido común. Es posible que lo que me pasa es que ya no quiera hacer algo por cambiar lo que sucede, porque aunque no sea probable que la situación empeore, esta ya está muy mala y no veo nada bueno que valga la pena mantener. Sería como que la zorra no ve uvas, ni maduras ni verdes.

Ni siquiera está una parra en el camino.