Asistí esta semana a un seminario técnico sobre aplicaciones para celulares Blackberry. No hubo cifras precisas sobre cuántos Blackberries hay por ahí en circulación en Venezuela, pero no hay duda de que son millones. No hay tantos gerentes y altos ejecutivos en el país, gran parte de esos costosos equipos están en manos de niños y adolescentes.
Le pregunté a mis 2 hijos sobre el porcentaje de alumnos con BBs que ellos creen que hay en su salón de clase. Ellos mismos no tienen BBs y yo creía que formaban parte de la mayoría. Pues, estaba pelao. Según ellos, entre 70% y 80% de sus compañeros andan con sus BBs (en colegios donde la matrícula es más costosa, ese porcentaje debe ser todavía más alto).
Les pregunté también sobre el tipo de uso que ellos observaban a sus compañeros darle a esos equipos. Me dijeron que el uso más intenso es el del BB Messenger como herramienta de chateo y luego la navegación a Internet. Dijeron que inclusive ciertos profesores con BBs usan el PIN para mandar mensajes recordatorios (que los demás alumnos sin BBs se pierden).
Sus respuestas a mis preguntas me sorprendieron y no pude evitar una avalancha de contradicciones entre esa realidad tecnológica y la realidad educativa de ese colegio. La semana pasada estuve en una reunión de entrega de notas. El promedio del salón es muy bajo a pesar del alto promedio individual que aportan algunos alumnos que no tienen BBs. ¿Tendrá éso algo que ver con un exceso de chateo (no tanto en clase, porque no los dejan, sino el resto del día)?
En ese grado, de 13, hay 2 materias sin profesor. Los profesores que había el año pasado se fueron para otros colegios donde les ofrecieron mejores sueldos. No ha sido posible encontrar sustitutos con similar calidad docente. Riqueza tecnológica, pobreza cultural.
El gobierno se ha dedicado a vigilar que no se aumente la matrícula más de un 15% y lleva 2 o 3 años con ese empeño, años en los que la inflación anual es de alrededor 30%. Los colegios se ven obligados a apretarse el cinturón y para no terminar ahorcados, solicitan cuotas de ayuda voluntaria a las Asociaciones de Padres y Representantes. Muchos Padres y Representantes no las pagan... ¿Cuántos de ellos le habrán comprado BBs a sus hijos?
La solución por supuesto no es prohibir los BBs, quitarles los $ Cadivi o cualquier otra medida de esa naturaleza, porque el problema no son los BBs. El problema está en lo desviado que se encuentra el Ministerio de Educación con respecto a lo que es importante. Al ME le parece muy importante crear Guerrillas Comunicacionales, pero al diablo con que no hayan suficientes buenos profesores de Matemática. Al ME le parece muy importante que las Asociaciones de Padres y Representantes no aumenten libremente la matrícula, pero le resbala que a maestros y profesores apenas les alcance lo que ganan para sus necesidades básicas.
El equipo que usan en el ME es el Rasp-berry: ¡Raspao en prioridades educativas!
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