Venezuela ha sido un país igualitarista, irreverente, liberador, desenfadado, pero no es ni de varilla, socialista. Eliminar la propiedad privada y perseguir a quienes busquen superarse a través de su iniciativa individual, rasgos inequívocos del socialismo de cualquier siglo, equivaldría a una mutación. Si aparentemente Cuba mutó, algunos apuestan a que Venezuela también podría llegar a hacerlo.
Disney lo plasmó mejor que Einstein con la comiquita en la que Tribilín era uno cuando caminaba y otro totalmente distinto cuando conducía su automóvil. Es la relatividad inevitable que nos impide a la mayoría ser siempre los mismos. Ese es exactamente el drama que afecta a los marxistas-estebanistas y a los que no lo somos porque, vamos, todos somos humanos ¿o no?.
Por eso a muchos socialistas se les acusa con razón de tener una doble moral. Por un lado, critican a los ricos y, por el otro, se las arreglan para cobrar altísimos sueldos o, peor, para hacer negocios desde el gobierno y volverse ricos en el menor tiempo posible. De la misma manera, adoran a los pobres y quizás muchos de ellos todavía se sienten orgullosos porque antes lo fueron, pero como gobernantes viven lujosamente y cada vez más lejos de la miseria en la que se mantiene su base de apoyo político.
Fueron tribilines de a pié y ahora siguen siendo tribilines pero montados en camionetotas y jets. Desde las camionetotas no pueden resistirse a atropellar a quien se les atraviese políticamente. Los líderes de la revolución son la mejor muestra de la resistencia genética a ese tipo de mutación: sólo hablan de socialismo, pero no lo viven porque su cotidianidad es tan opulenta como la del más 'sanguinario' capitalista.
Legislando y atropellando quieren obligar al resto del país a que mute. Proponen la mutación socialista sólo para los demás, mientras ellos se apertrechan de privilegios que esperan conservar por 50 u 80 años o más al mejor estilo cubano o soviético. Una mutación así no va a ser exitosa porque quienes podrían ser los llamados a reproducirla se mantienen sin mutar.
Eso fue lo que ocurrió en todos los paises socialistas. Sus dirigentes se hicieron tan clase dominante como la que habían criticado y desplazado. Se especializaron en exigir sacrificios y en atornillarse en el poder hasta que la gente se cansó y cambió, descubriendo que no tenían ningún socialismo genéticamente instalado en ellos que les impidiera volver a incentivar la propiedad privada y la iniciativa individual, tal como lo demuestran Rusia, Europa del Este, Vietnam o China.
Ese discurso idílico seguirá allí y puede servir para que, voluntariamente, cualquier comuna pueda organizarse. Pero obligar a todo un país a hacerlo es definitivamente una formula para el fracaso. La democracia y el libre mercado abarcan al socialismo, pero no a la inversa.
Por eso Esteban no abarca a entender lo que le conviene al país y por éso será desplazado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario! Podrá ser publicado una vez revisado...