LAS CARTAS DE DANERI
¿Tiene sentido
hablar de Lingüística Cuántica y Semántica Evolutiva?
Moisés P.
Ramírez (ideas esenciales, estructura y ajustes editoriales)
Claude Sonnet 4.5 (textos, referencias científicas y prompts para imágenes) /
ChatGPT 5 (imágenes)
ACLARATORIA
Estas
cartas aparecen por una serie de coincidencias que Borges habría llamado
"fatales" y que Carlos Argentino Daneri, sin duda, habría atribuido a
la semiosis ilimitada y secreta del universo.
A mediados
de este año un amigo físico venezolano graduado en la USB, trabajando como
migrante en un servicio de courier en Buenos Aires, encontró, entre paquetes
extraviados destinados a ser destruidos y dentro de una caja de zapatos de niño
marca Grimoldi bastante deteriorada, unos papeles. Al curiosear y encontrar
referencias a "el punto en el sótano de Garay", su curiosidad
literaria (porque además de físico teórico, es lector de Borges) lo impulsó a
escanearlos antes de seguir el protocolo de destrucción. Decidió, además,
hacerme cómplice de su curiosidad.
El
contenido de esa caja podría agruparse en cuatro tipos:
1. Cartas
en copias al carbón
(todas las de Daneri a Fischer):
Era práctica común en la década de 1940 hacer copias de cartas referidas a
asuntos de trabajo o similares, usando papel carbón. Daneri, meticuloso hasta
la obsesión, conservó copias de las cartas a Fischer, identificables por su
tono azulado y tipografía de máquina de escribir Underwood.
2. Cartas
originales manuscritas (todas las de Fischer a Daneri):
Fischer envió desde Montevideo, cartas escritas a mano en papel del membrete de
la Facultad de Ingeniería y Ramas Anexas de la Universidad de la República
Oriental del Uruguay. Los sobres llevan sellos postales uruguayos. La
caligrafía de Fischer es pequeña, apretada, con correcciones frecuentes en
forma de palabras tachadas, no borradas.
3. Un
borrador no enviado
(la Carta VI, fragmentaria):
Este documento requiere explicación especial. Es un borrador manuscrito de
Fischer, inconcluso, en papel arrancado de un cuaderno. Al reverso, Daneri
escribió: "Fischer me dio esto antes de cruzar el Río de la Plata de
vuelta, cuando vino a ver el Aleph en abril de 1945. Después de contemplarlo
dos horas, lo escribió aquí, en mi casa. Salió temblando y tomó el vapor de
regreso esa misma noche, luego de entregármelo sin despedirse."
4. Un
apéndice a las cartas (escrito por Adolfo Bioy Cáceres)
Este papel fue agregado por quien “salva” la caja, en un intento de conservar
algo que incomprensiblemente fue descartado por su legítimo dueño.
CARTA I
Carlos
Argentino Daneri al Dr. Juan Martín Fischer
Buenos Aires, 17 de agosto de 1943
Calle Garay 3007
Estimado
Doctor Fischer,
Usted me
preguntó, en nuestra última conversación en el Café Tortoni (cuando vino a
Buenos Aires para aquel congreso en julio), por qué insisto en que cada palabra
de mi poema La Tierra debe leerse simultáneamente en todos sus sentidos
posibles. Permítame confesarle algo que no he revelado ni siquiera a Borges,
quien se burla sistemáticamente de mis innovaciones métricas.
En el
sótano de esta casa de la calle Garay - propiedad que perteneció a mi prima
Beatriz Viterbo, de imperecedera presencia en mis recuerdos - existe un punto
del espacio que contiene todos los puntos. Algunos que lo han visto lo llaman
Aleph, por la letra hebrea que simboliza el infinito enumerativo. No voy a
describir aquí ese objeto abominable y perfecto; ya lo haré en su momento, si
la prudencia me lo permite.
Lo que
quiero compartir con usted es otra cosa, Doctor Fischer. Algo que creo que ese
punto me reveló sobre la naturaleza del lenguaje.
Cuando
escribo ROSA, la palabra no denota solamente la flor preferida de los poetas
mediocres. En ese instante de inscripción gráfica, ROSA contiene
simultáneamente:
- RASO
(por mutación de una de las vocales)
- OSA
(por sustracción del principio)
- AROS
(por permutación circular)
- ORAS
(por añadidura de morfema)
- Y ASOR
(por inversión especular)
Todas estas
palabras existen al mismo tiempo en ROSA, hasta que el ojo del lector
efectúa una observación que colapsa las posibilidades en un significado
único.
Usted, que
ha estudiado la nueva física de Heisenberg y Bohr, reconocerá en esto algo
análogo a lo que llaman "superposición de estados". ¿No le parece que
las palabras tienen algo parecido a como se comportan las partículas
elementales en Física?
Le ruego me
escriba. Espero ansioso su respuesta desde Montevideo. Tengo la certeza de que
esto no es una fantasía de poeta, sino una exploración fundamental de
territorios en los que podemos encontrarnos para trabajar conjuntamente.
Su
servidor,
Carlos Argentino Daneri
CARTA II
Dr. Juan
Martín Fischer a Carlos Argentino Daneri
Montevideo, 3 de septiembre de 1943
Facultad de Ingeniería, Universidad de la República
Querido
Daneri,
Su carta
del 17 de agosto me llegó hace tres días (el correo entre nuestras ciudades
sigue siendo caprichoso). Me ha perturbado más de lo que imagina. Llevo tres
noches sin dormir bien, no por el "punto mágico" del sótano que usted
menciona (el cual lo atribuyo a los efectos del coñac y la sugestión
literaria), sino por su intuición sobre las palabras.
Permítame
explicarle por qué esto me inquieta.
En 1927
participé como estudiante avanzado en el Congreso de Solvay, donde presencié
los debates entre Einstein y Bohr sobre la interpretación de la mecánica
cuántica. La pregunta central era: ¿existe la realidad independientemente de la
observación?
Heisenberg
formuló su Principio de Incertidumbre: no podemos conocer
simultáneamente la posición y el momento de una partícula. Pero esto no es
simple ignorancia; es una propiedad fundamental de la realidad. Antes de la
medición, la partícula realmente existe en múltiples estados a la vez.
Ahora usted
propone algo análogo para las palabras. Déjeme formalizarlo:
ANALOGÍA
ESTRUCTURAL
|
Sistema Físico (Átomo) |
Sistema Lingüístico (Palabra) |
|
Núcleo (protón/neutrón) |
Raíz/Lexema |
|
Electrones orbitales |
Morfemas flexivos |
|
Fuerza nuclear fuerte |
Cohesión silábica |
|
Fuerza nuclear débil |
Fronteras entre morfemas |
|
Estado cuántico superpuesto |
Potencial semántico |
Su palabra
ROSA sería entonces un sistema con:
- Núcleo: ROS- (raíz)
- "Electrones": -A (morfema de género)
- Estados
superpuestos:
{rosa, raso, osa, ora, aros...}
La pregunta
física sería: ¿En qué momento colapsa esta superposición? ¿Es el acto de leer
una verdadera medición cuántica?
Esto me
lleva a una especulación más arriesgada. Si las palabras tienen estructura
cuántica, entonces el significado no reside en las palabras mismas sino
en la interferencia entre las expectativas del lector y las palabras del
texto.
Como en el
experimento de Young con doble rendija: el patrón de interferencia desaparece
cuando observamos por cuál rendija pasa el fotón. Análogamente, ¿el significado
"desaparece" cuando intentamos analizarlo demasiado?
Propóngame
un experimento. Necesito datos empíricos, no son suficientes las visiones
poéticas.
Dr. J.M.
Fischer
Profesor Asociado, Instituto de Física
CARTA
III
Carlos
Argentino Daneri al Dr. Juan Martín Fischer
Buenos Aires, 12 de enero de 1944
Estimado
Fischer,
¡Su carta
me ha electrizado! Perdone la demora en responder; he estado ocupado diseñando
el experimento que usted solicitó.
He aquí mi
protocolo:
EXPERIMENTO
SOBRE DENSIDAD CUÁNTICA DEL LENGUAJE
Hipótesis: Textos con mayor proporción de
"fuerzas semánticas fuertes" (grupos consonánticos, diptongos,
palabras polimorfémicas) producen en los lectores una sensación mensurable de
"peso" o "resistencia cognitiva".
Materiales:
- Texto A: Fragmento de Soledades
de Góngora (1613). Seleccioné los versos:
"Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
—media luna las armas de su frente,
y el Sol todos los rayos de su pelo—"
- Texto B: Instrucciones de uso del
calefón marca "Orbis", recién comprado para esta casa.
Método: He pedido a ocho lectores
(profesores de la Facultad de Filosofía y Letras) que lean ambos textos y los
califiquen según:
- Dificultad
(escala 1-10)
- "Peso"
o "densidad" percibida (1-10)
- Tiempo
de lectura
- Número
de relecturas necesarias
Además, yo
mismo analicé la estructura interna:
TEXTO A
(Góngora):
- "FLORIDA":
FL- (fuerza fuerte), -O-, -RI-, -DA
- "MENTIDO":
MEN- (fuerza fuerte), -TI-, -DO
- "ROBADOR":
Tres sílabas con ataques consonánticos fuertes
- Índice
de Fuerzas Fuertes (IFF): 73% de las letras en posiciones de alta cohesión
TEXTO B
(Instrucciones):
- "Gire
la llave de paso"
- "Espere
tres minutos"
- Palabras
simples: GI-RE, LLA-VE, PA-SO
- IFF:
12%
Resultados
preliminares:
- Góngora:
Promedio de "peso" = 8.3/10
- Instrucciones:
Promedio de "peso" = 2.1/10
- Tiempo
de lectura: Góngora 3x más lento
- Relecturas:
Góngora promedio 2.3 veces, Instrucciones 1 vez
Fischer, he
medido algo. No sé qué, pero lo he medido.
Propongo
que esto que llamo IFF sea análogo a la densidad nuclear en
física. Textos con alto IFF son como núcleos pesados: estables pero densos,
difíciles de "fisionar". Textos con bajo IFF son como gases nobles:
atraviesan la mente sin resistencia.
Pero falta
algo en mi teoría. No logro explicar por qué un verso simple de Antonio Machado
("Caminante, no hay camino") tiene bajo IFF pero alto impacto
emocional. ¿Existe otra variable?
Aguardo su
respuesta con ansiedad.
C.A.
Daneri
CARTA IV
Dr. Juan
Martín Fischer a Carlos Argentino Daneri
Montevideo, 8 de febrero de 1944
Querido
Daneri,
Su
experimento es metodológicamente defectuoso (muestra pequeña, falta de grupo de
control y sesgo de selección), pero los resultados son... inquietantes.
Permítame
introducir conceptos que creo resolverán su paradoja de Machado.
En física
cuántica distinguimos entre:
- Propiedades
estructurales
(masa, carga, spin)
- Propiedades
dinámicas
(energía cinética, momento)
Análogamente,
propongo que el lenguaje tiene:
- DENSIDAD
CUÁNTICA (su
IFF): Estructura interna, cohesión morfológica
- VALENCIA
SEMÁNTICA:
Potencia de interacción con el lector
Su error es
asumir que ambas propiedades se correlacionan. No es así.
Góngora
tiene alta densidad Y alta valencia (por su complejidad metafórica).
Las instrucciones tienen baja densidad Y baja valencia (puramente denotativas).
Pero Machado tiene baja densidad Y alta valencia.
¿Cómo? Por
el fenómeno que en física llamamos resonancia. En 1940, el puente de
Tacoma Narrows en EEUU, colapsó porque el viento generó una frecuencia que
coincidió con la frecuencia natural del puente. Pequeñas fuerzas, efecto
catastrófico.
Las
palabras de Machado son estructuralmente simples, pero entran en resonancia
semántica con experiencias universales humanas (el paso del tiempo, la
mortalidad, el camino). Por eso su impacto es desproporcionado a su
complejidad.
Formulo
entonces dos variables independientes:
IFF
(Índice de Fuerzas Fuertes): 0-100%
Mide cohesión morfológica interna
VS
(Valencia Semántica):
0-10
Mide potencial de resonancia con el receptor
El IFF de un
texto puede ser:
- Alto
IFF, Alta VS: Góngora, Lezama Lima
- Alto
IFF, Baja VS: Jerga técnica, neologismos vacíos
- Bajo
IFF, Alta VS: Machado, haiku japonés
- Bajo
IFF, Baja VS: Prosa periodística, listas de compras
Pero falta
formalizar la VS. ¿Cómo medirla? Aquí es donde su teoría se torna
verdaderamente especulativa...
Le propongo
lo siguiente: La VS no reside en las palabras sino en el espacio de
interferencia entre texto y lector. Como en mecánica cuántica, donde el
estado del sistema no está en la partícula ni en el detector, sino en la
función de onda que los conecta.
¿Me sigue?
Estoy postulando que el significado es un fenómeno de interferencia cuántica.
Necesito
pensar esto más cuidadosamente. Le escribiré pronto con una formulación
matemática preliminar.
Por favor,
mantenga esta correspondencia en privado. Mis colegas ya me consideran
excéntrico por leer poesía.
J.M.
Fischer
P.D.:
¿Ese "punto" en su sótano realmente existe? A veces pienso que está
usted demente. Otras veces, temo que esté cuerdo. Si realmente existe, me
gustaría verlo. Pero no sé si tendré el coraje de cruzar el Río de la Plata
para comprobarlo.
Carlos
Argentino Daneri al Dr. Juan Martín Fischer
Buenos Aires, 29 de marzo de 1944
Fischer,
amigo mío,
Su postdata
me ha afectado más que todo el contenido técnico de su carta. Sí, el Aleph
existe. Y no, no estoy demente. O quizás ambas cosas sean ciertas
simultáneamente, como sus malditas partículas de Schrödinger.
La
invitación está hecha. Cuando quiera venga a Buenos Aires, mi casa está
abierta. Le mostraré el Aleph. Después, usted decidirá si soy un visionario o
un loco.
Pero
vayamos a lo importante. Su concepto de "resonancia semántica" es
brillante. He estado experimentando con él.
Anoche,
después de contemplar el Aleph durante dos horas (uno no mira el Aleph;
uno es atravesado por él), tuve una epifanía sobre la Valencia
Semántica.
LA
VALENCIA SEMÁNTICA NO ES UNA PROPIEDAD DE LAS PALABRAS, SINO DE SU HISTORIA
EVOLUTIVA.
Déjeme
explicar con una analogía biológica. Un depredador (el tigre) tiene alta
valencia en el ecosistema porque su presencia afecta a múltiples especies. Una
hoja de pasto tiene baja valencia; desaparece sin consecuencias sistémicas.
Del mismo
modo, ciertas palabras son "depredadoras semánticas": tienen
alta valencia porque han "sobrevivido" miles de años de uso,
acumulando significados, connotaciones, resonancias culturales.
Compare:
- MUERTE: Palabra antigua, presente en
todas las lenguas indoeuropeas, cargada de significado ritual, religioso,
existencial. VS = 10
- DECESO: Eufemismo moderno, técnico,
sin carga emocional. VS = 3
Ambas
denotan lo mismo. Pero MUERTE es un depredador semántico que ha
"devorado" siglos de uso. DECESO es una palabra-presa, débil,
reciente.
Propongo
entonces una TEORÍA EVOLUTIVA DE LA VALENCIA SEMÁNTICA:
Las
palabras compiten por sobrevivir en el ecosistema del lenguaje. Las que
sobreviven son aquellas que:
- Tienen
alta utilidad (frecuencia de uso)
- Tienen
alta fertilidad (capacidad de generar derivados:
amor→amar→amante→enamorar...)
- Tienen
alta adaptabilidad (pueden usarse metafóricamente)
La VS de
una palabra = f(edad, frecuencia de uso, fertilidad morfológica, carga
metafórica)
Fischer,
creo que hemos descubierto dos cosas:
- LINGÜÍSTICA
CUÁNTICA: Las
palabras tienen estructura interna análoga a átomos (IFF)
- SEMÁNTICA
EVOLUTIVA: Las
palabras evolucionan y compiten como organismos (VS)
Necesitamos
un experimento que combine ambas variables. Propongo:
Seleccionar
cuatro textos en una matriz 2×2:
- Alto
IFF / Alta VS: Góngora
- Alto
IFF / Baja VS: Manual técnico de ingeniería
- Bajo
IFF / Alta VS: Machado
- Bajo
IFF / Baja VS: Instrucciones del calefón
Hipótesis:
El impacto total en el lector = f(IFF, VS)
¿Qué
fórmula propone? ¿Suma? ¿Multiplicación? ¿Alguna función más compleja?
Le confieso
que voy a escribir un ensayo sobre todo esto. Lo llamaré "El Aleph
Lingüístico: Ensayo sobre la Naturaleza Cuántica del Verbo". Por
supuesto, lo publicaré bajo mi nombre, pero le daré crédito por las
formalizaciones físicas.
Espero su
respuesta. Y espero, si el coraje no le falta, su visita.
Carlos
Argentino
P.D.:
Borges vino hoy. Le mencioné tangencialmente nuestras teorías. Se rio y dijo:
"Carlos Argentino, usted convierte la física en metáfora y la metáfora en
física. Es un talento singular." No supe si era elogio o insulto. Con
Borges, nunca se sabe.
CARTA VI
(FRAGMENTO)
Dr. Juan
Martín Fischer - Borrador inconcluso
Buenos Aires, 18 de abril de 1945
[Escrito en casa de Daneri, después de ver el Aleph]
Daneri,
Vine. Vi. Y
ahora no puedo... no puedo...
Debo ser
breve porque mi mano tiembla y mi mente...
He visto el
Aleph. Usted no mentía. No está loco. O si lo está, yo también lo estoy ahora.
Dos horas
contemplándolo. Vi todo. TODO. Cada punto del espacio. Cada momento del tiempo.
Vi la muerte de mi madre que aún no ha ocurrido. Vi el origen del universo. Vi
mi propia muerte en una calle de Montevideo en... no debo escribir la fecha.
Y vi las
palabras. Todas las palabras. Todas a la vez.
Vi AMOR
conteniendo ROMA conteniendo RAMO conteniendo MORA conteniendo... y cada una de
estas palabras se desplegaba en todas sus instancias: cada vez que alguien ha
dicho "amor", cada vez que alguien lo dirá, cada amor que ha sido y
será...
Usted tenía
razón. Las palabras existen en superposición. Pero no es una metáfora, Daneri.
Es LITERAL. Cada palabra contiene un universo completo de significados.
Y el
lector... el lector no "colapsa" la función de onda semántica. El
lector es
[El
fragmento termina aquí abruptamente]
[Primera nota
manuscrita de Daneri al reverso]:
"Fischer
llegó en el vapor de las 9 AM del 18 de abril. Lo llevé directo al sótano.
Estuvo dos horas mirando el Aleph. Cuando subió estaba pálido, sudoroso. Me
pidió papel y pluma. Escribió esto temblando, a veces llorando, mientras le
preparaba un mate. De pronto se detuvo, dejó la pluma, y dijo: 'No puedo. No
debo. Esto no debería existir.' Tomó el vapor de las 8 PM de regreso a
Montevideo. Cada palabra es un aleph diminuto. - C.A.D., abr. 1945."
Luego
Daneri añadiría la segunda nota, ya reseñada al principio.
CARTA
VII
Carlos
Argentino Daneri al Dr. Juan Martín Fischer
Buenos Aires, 14 de marzo de 1947
Fischer,
querido amigo ausente,
Han pasado casi
dos años desde su visita. Creo que nunca leerá esta carta, pero la escribo
igual, porque necesito completar lo que comenzamos juntos.
Le escribo
porque destruirán esta casa. La municipalidad, con esa eficiencia burocrática
que caracteriza al progreso, ha decidido que aquí debe levantarse un edificio
de departamentos. Me han dado plazo hasta mañana, 15 de marzo, para desalojar.
Esta noche
pasé tres horas en el sótano. Probablemente sea la última vez que contemple el
Aleph. Borges estuvo aquí hace unos días (vino a despedirse, aunque fingió que
venía por otros motivos). Le mostré el punto. Lo vio. Sé que lo vio, aunque
después lo negará en sus escritos. Los escritores siempre roban y luego niegan.
Pero no le
escribo para quejarme de Borges, sino para compartirle mi teoría completa. La
he terminado. Aunque nadie la publique, aunque se pierda con esta casa, quiero
que al menos exista por escrito.
Acá va:
TEORÍA
UNIFICADA DE LINGÜÍSTICA CUÁNTICA Y SEMÁNTICA EVOLUTIVA
por Carlos
Argentino Daneri (con asistencia técnica del Dr. J.M. Fischer)
I.
POSTULADOS FUNDAMENTALES
- Postulado de Superposición
Semántica:
Toda palabra existe simultáneamente en múltiples estados significativos
hasta que el acto de lectura colapsa la función de onda semántica en un
significado único contextual.
- Postulado de Complementariedad: Una palabra no puede ser
analizada simultáneamente en su aspecto formal (significante) y su aspecto
semántico (significado) con precisión arbitraria. A mayor precisión en
uno, menor en el otro. (Análogo al Principio de Incertidumbre de
Heisenberg)
- Postulado de No-Localidad: El significado de una palabra
en un texto está entrelazado cuánticamente con todas las demás palabras
del texto. Modificar una palabra altera instantáneamente el significado de
todo el conjunto.
II.
ESTRUCTURA ATÓMICA DE LA PALABRA
Definimos
la palabra W como un sistema cuántico con:
Núcleo
(N): Raíz léxica
Electrones (E): Morfemas flexivos y derivativos
Campo semántico (Φ): Espacio de significados posibles
Fuerzas
de cohesión:
- F_fuerte: Une letras dentro de una
sílaba (0.8-1.0 unidades arbitrarias)
- F_débil: Une sílabas entre sí (0.2-0.4
UA)
Índice
de Fuerzas Fuertes (IFF):
IFF = ((Σ letras en grupos consonánticos + Σ letras en diptongos) / total de
letras) × 100%
Ejemplo:
AMOR: A-MOR
- "M-O-R"
en misma sílaba: 3 letras con F_fuerte
- IFF
= 3/4 = 75%
III.
DINÁMICA EVOLUTIVA
Cada
palabra W tiene asociadas tres propiedades evolutivas:
α (alfa)
- Fitness de supervivencia: Medida por frecuencia histórica de uso
β (beta) - Fertilidad morfológica: Número de derivados viables
γ (gamma) - Carga metafórica: Capacidad de uso figurado
Valencia
Semántica (VS):
VS = f(α, β, γ, t)
donde t =
tiempo de existencia en la lengua (en siglos)
Ejemplos
calibrados:
|
Palabra |
α |
β |
γ |
t |
VS |
|
MUERTE |
0.95 |
8 |
0.9 |
30 |
9.8 |
|
DECESO |
0.45 |
2 |
0.1 |
1 |
2.1 |
|
ÓBITO |
0.30 |
0 |
0 |
0.5 |
0.8 |
IV.
ECUACIÓN DE IMPACTO TEXTUAL
El impacto
total I de un texto T sobre un lector L está dado por:
I = ∫[IFF(w) × VS(w) × ψ(L,w)] dw
donde:
- La
integral se toma sobre todas las palabras w en T
- ψ(L,w)
es la "función de resonancia" personal entre el lector L y la
palabra w
- Esta
función ψ no es determinista; depende de la historia vital del lector
Corolario: Dos lectores distintos
experimentarán impactos diferentes del mismo texto porque sus funciones ψ son
diferentes. Esto explica por qué Góngora deleita a unos y aburre a otros.
V. EL
EXPERIMENTO CRUCIAL
Fischer,
diseñé el experimento que usted pidió. Nunca pude realizarlo (me faltaron
recursos, tiempo, colaboradores). Pero aquí está el protocolo:
Matriz
2×2 de textos:
|
Alta VS (>7) |
Baja VS (<3) |
|
|
Alto IFF (>60%) |
Góngora: Soledades |
Manual técnico de radiotelefonía |
|
Bajo IFF (<20%) |
Machado: Proverbios y cantares |
Instrucciones del calefón |
Muestra: 100 lectores, distribución por
edad, educación, profesión
Mediciones:
- Tiempo
de lectura
- Escala
de impacto emocional (1-10)
- Escala
de dificultad percibida (1-10)
- Número
de relecturas
- Palabras
recordadas a las 24 horas
- Sueños
reportados esa noche (!)
Predicción:
- Alto
IFF + Alta VS = máximo impacto, máxima dificultad, máximo recuerdo
- Bajo
IFF + Baja VS = mínimo en todas las variables
- Alto
IFF + Baja VS = dificultad sin recompensa (frustración)
- Bajo
IFF + Alta VS = impacto desproporcionado a la simplicidad (¡el caso
óptimo!)
VI.
ESPECULACIÓN FINAL
Fischer, he
contemplado el Aleph miles de veces. Y he comprendido algo terrible y hermoso:
El
universo entero es un texto que se lee a sí mismo.
Cada
partícula es una letra. Cada átomo es una palabra. Cada molécula es una frase.
Y la consciencia - esa suya, esta mía, la de cualquier ser que observe - es el
acto de lectura que colapsa las infinitas posibilidades en una realidad única.
El Aleph es
el punto donde todo el texto puede leerse simultáneamente. Por eso es
intolerable. Por eso vuelve loco.
Y quizás -
óigame bien - quizás la razón por la cual usted y yo intuimos esta conexión
entre lo cuántico y lo lingüístico es porque no hay conexión que intuir: son
la misma cosa.
La mecánica
cuántica es la gramática del universo.
El lenguaje es la mecánica cuántica de la mente.
Destruirán
el Aleph. Pero no importa. Cada palabra que escribo contiene su propio aleph
diminuto. Cada palabra es un universo comprimido.
ROSA
contiene todas las rosas que fueron y serán.
AMOR contiene todos los amores.
MUERTE contiene todas las muertes.
Y esta
palabra que escribo ahora - ADIÓS - contiene también su propia multiplicidad:
A-DIOS (hacia Dios), A-DIÓS (negación de lo divino), y por supuesto, el simple
acto de despedirse.
Adiós,
Fischer. Gracias por haber creído, aunque fuera brevemente, en la locura de un
poeta.
Carlos
Argentino Daneri
Calle Garay 3007, Buenos Aires
Última noche en este sótano.
[Nota
manuscrita, letra diferente, más pequeña]
"Encontré
esta carta en el escritorio de Daneri el día de la demolición. Él ya se había
ido. La guardé con otras cartas que están en una caja de zapatos, pensando que
algún día se las devolveré. Tal vez nunca lo haga porque intuyo que contienen
algo valioso. O quizás porque soy, como todos los escritores, un ladrón. -
A.B.C., marzo 1947"
APÉNDICE
18 de
marzo de 1947: "Nota sobre el Hallazgo de las Cartas"
Por Adolfo Bioy Casares
Fragmento del
diario personal - tomado de la copia de ese día, facilitada a mi diligente e
insistente amigo por el nieto de Bioy, quien afortunadamente no reclamó lo
escaneado ni la caja que, para entonces en 2025, ya había sido destruida.
Tres días
atrás fui a la casa de Garay. No pude evitarlo. Sabía que la demolición
comenzaría al mediodía, y sentí una curiosidad morbosa por ver el Aleph una
última vez. Carlos Argentino había partido ya; Borges me dijo ayer que lo vio
subir a un taxi con dos valijas y una expresión de derrota absoluta.
Bajé al
sótano y no pude evitar encontrarme con ese olor a humedad y olvido que tienen
todos los sótanos del mundo. Pero en un rincón, detrás de la escalera donde
está el Aleph, vi sobre un escritorio una caja de zapatos.
Dentro:
cartas. Correspondencia entre Carlos Argentino y un tal Dr. Fischer, físico de
Montevideo. Las leí con creciente asombro, olvidándome de mi intención de ver
el Aleph por última vez.
No sé si lo
que proponen es genial o delirante. Probablemente ambas cosas. Pero hay algo en
estas cartas que me perturba. Una intuición de que Carlos Argentino - pobre
Carlos Argentino, a quien Borges y yo siempre consideramos un poeta mediocre y
pretencioso - había vislumbrado algo real.
¿Y si tenía
razón? ¿Y si las palabras realmente tienen estructura cuántica? ¿Y si el
lenguaje es la física de la consciencia?
Guardaré
las cartas. No se las mostraré a Borges. Él las usaría para burlarse de Carlos
Argentino en algún cuento. Yo prefiero preservar este misterio.
Quizás
algún día, alguien más inteligente que yo y menos cínico que Borges, descubra
si hay verdad en esta locura.
[Nota al
margen, añadida años después]: Nunca mostré las cartas a nadie. Las dejé en su caja de zapatos - qué
apropiado - en el desván de mi casa. Mi nieto Florencio las encontrará, espero,
cuando yo ya no esté. Quizás para entonces la ciencia haya avanzado lo
suficiente como para determinar si Carlos Argentino era un profeta o un loco. O
ambos.
NOTA 1:
El amigo me envió posteriormente,
hace apenas unos días desde Argentina, estas tres aclaratorias que agrego a la
historia de las cartas y su apéndice.
SOBRE EL
HALLAZGO DE BIOY CASARES:
Moisés, la nota
manuscrita tiene la inconfundible letra de Bioy Casares (lo comprobé revisando
manuscritos de su archivo en la Biblioteca Nacional). Esto me confirma que Bioy
sin duda encontró estas cartas, como él lo afirma, en un escritorio de Daneri
el día de la demolición, el 15 de marzo de 1947. Escanear las cartas preserva
la ortografía y puntuación originales. Eso me pareció indispensable hacerlo
porque quedaba así el registro fiel de lo que llegó a mis manos.
SOBRE EL DR. JUAN MARTÍN FISCHER
Daneri y Fischer coincidieron en algún evento rioplatense de los años 40.
La correspondencia sugiere una amistad epistolar que se profundizó cuando
Daneri le comentó sobre el Aleph mientras buscaba que ese interlocutor
científico tomara en serio sus raras experiencias e intuiciones. Los físicos
somos particularmente “permeables” a influencias de todo tipo. Moisés, no me
extraña para nada que se produjera esa especie de afinidad amistosa. De hecho,
algo similar sucedió entre nosotros desde que nos pusimos una vez a conversar
en el 1er piso de MYS, frente a la cartelera del MFL, en los 70s.
SOBRE CARLOS ARGENTINO DANERI:
Conocido principalmente - si es que eso vale como conocer - por su breve
aparición en un cuento de Jorge Luis Borges publicado en 1949. Tú sabes que
Borges crea personajes ficticios de tal manera que parecen reales.
Pero la
calle Garay existe y hubo una demolición del inmueble 3007 en marzo de 1947. No
sé si el inmueble había sido propiedad de Beatriz Viterbo (pero existe una
persona con ese nombre, fallecida en 1929). ¿Heredaría Daneri el usufructo
vitalicio de esa propiedad? Difícil de comprobar, Moisés. Pero sin duda hubo un
inmueble que fue expropiado y posteriormente derrumbado en esa fecha.
Fuentes de
escasa credibildad afirman que Daneri publicó algunos poemas en revistas
literarias menores de los años 20 y 30 (Martín Fierro, Proa, Nosotros),
pero firmados con seudónimo o como miembro de colectivos poéticos. Su obra supuestamente
más ambiciosa, el poema La Tierra, el cual trabajó durante décadas,
nunca se publicó en forma completa. Un fragmento apareció en la revista Sur
en 1941, con una firma de solo iniciales (C.A.D.) recibiendo críticas tibias. El
crítico literario Enrique Anderson Imbert lo menciona de pasada en su Historia
de la Literatura Hispanoamericana (1954): "..poeta menor de tendencias
descriptivistas y enciclopédicas, más notable por una rara ambición que se
ocupaba de divulgar en cafés, que por sus logros."
Algunos
afirman que Daneri se ganaba la vida modestamente como empleado de un comercio
especializado en equipos y repuestos eléctricos. De allí que su interés por
temas relacionados con la física puede haber surgido de meditaciones que lo
sorprendían en tardes húmedas y calurosas de verano, mientras pocos clientes
llegaban graneados a la tienda. Después de la pérdida de su casa en 1947, viviría
en una pensión de la calle Chile hasta su muerte en 1960. Nunca se casó.
Moisés, de
paso, no hay registro de que publicara nada sobre lingüística o física. El
ensayo El Aleph Lingüístico que menciona en una carta nunca vio la luz,
si es que lo llegó a escribir. Pero en la caja sí agregó en una nota que "cada
palabra es un pequeño Aleph."
NOTA 2:
He intentado re-verificar
algunos hechos:
1. Dr.
Juan Martín Fischer
Existió. Profesor
de física teórica en la Universidad de la República (Montevideo) entre
1935-1952. Publicó trabajos sobre teoría cuántica aplicada a sistemas
moleculares en el Boletín de la Asociación Física Argentina y los Anales
de la Facultad de Ingeniería de Montevideo. Murió en 1953, sin haber
publicado nada sobre lingüística.
De los
archivos de la Universidad me enviaron dos datos significativos:
- Una
solicitud de permiso por "motivos personales urgentes" del 17 al
19 de abril de 1945.
- Una
amonestación verbal registrada en su expediente: "Material
especulativo no científico presentado informalmente a colegas, noviembre
1944."
2. La
demolición de la casa
Los registros
municipales confirman que el inmueble de la calle Garay 3007 fue demolido el 15
de marzo de 1947. Hoy existe allí un edificio de apartamentos construido en
1948.
3. Las
ideas de Daneri y Fischer
He consultado con
físicos, lingüistas y cognitivistas. Las reacciones son diversas:
- Algunos
físicos se ríen y hablan de "pseudociencia poética"
- Otros
admiten que el formalismo matemático de la mecánica cuántica se ha usado
para modelar cognición
- Los
lingüistas están divididos; algunos ven analogías interesantes, otros
consideran todo esto una metáfora elaborada sin contenido científico
Lo que
nadie puede negar es que Daneri y Fischer anticiparon, en 1943-1947, conceptos
que aparecerían muchas décadas después:
- "Quantum
Cognition"
(años 2000s): uso de matemáticas cuánticas para modelar decisiones humanas
- "Natural
Language Processing" (años 2010s-2020s): modelos que capturan ambigüedad semántica
- "Quantum
Biology"
(años 2020s): efectos cuánticos reales en sistemas biológicos
¿Eran
profetas? ¿Eran locos? ¿O simplemente jugaban con un proto-sistema
literario-científico que se salió de control?
No lo sé.
Pero cada vez que escribo una palabra - ahora, por ejemplo, la palabra PALABRA
- no puedo evitar pensar que contiene dentro de sí todas sus permutaciones
posibles: PALABRA, ABRAPALA, LAPAABRA...
Y me
pregunto: ¿En qué momento colapsó su significado único en mi mente?
¿Fui yo
quien observó la palabra, o fue la palabra la que me observó a mí?
FIN
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