El Darse Cuenta: Intercepción en Edimburgo
¿Un diálogo
verdadero?
Moisés P.
Ramírez (ideas esenciales, estructura y ajustes editoriales)
Claude Opus 4.1 (textos y referencias bibliográficas)
Introducción
No
debería compartir los contenidos de una grabación no autorizada. Me llegó por
casualidad —o quizás por destino— de alguien que, en una tarde ventosa de septiembre
en Edimburgo, la obtuvo probando la nueva función de "enfoque auditivo
selectivo" de su iPhone 17, en las mesas de The Esplanade. Él quería
probar si la app cumplía realmente con la promesa de poder aislar
conversaciones específicas en ambientes ruidosos, usando algo llamado
"triangulación neuronal de ondas sonoras"[1].
Lo que no esperaba era el poder capturar un diálogo entre Iain McGilchrist y
Thomas Nagel, quienes se habían encontrado fortuitamente en esa taberna por
asistir ambos al Festival de Filosofía de Edimburgo.
Las
gaviotas de la ciudad, criaturas ruidosas y descaradas que localmente las
llaman "las ratas del cielo", interrumpieron la grabación en momentos
cruciales. Donde la tecnología falló, la imaginación del narrador —o quizás su
intuición— tuvo que rellenar los vacíos.
En un
pico de honestidad dentro de lo ilegal que es grabar a
otros sin su consentimiento, el narrador usó corchetes y cursiva, para distinguir
claramente lo que escuchó de lo que especulativamente reconstruyó. Mientras
que, peor en mi caso, incluyo esta directa introducción al riesgoso asunto de
traer lo que un fisgón-voyeur-especulador me envía, como si fuese la paradoja
del mentiroso: “siempre digo mentiras”. Si es verdad es mentira y si es
mentira, es verdad.
En todo
caso, la invitación es que aprovechemos esta oportunidad que nos brinda la
combinación de tecnología, azar y la meta-ética de lo paradójico que el
narrador-transcriptor anónimo nos regala.
Un encuentro
un poco incómodo al principio
McGilchrist: ¡Thomas, qué gusto encontrarte por
acá! Siéntate por favor. ¿Té, café o cerveza?
Nagel: Café, definitivamente. Necesito
estar alerta para seguir tus ideas sobre los hemisferios o cualquier otra cosa
que me vayas a decir. Debo confesar que desde que leí The Master and His
Emissary, no puedo dejar de pensar en cómo mi pregunta sobre "¿cómo es
ser un murciélago?" se relaciona con tu trabajo.
McGilchrist: Es curioso que necesites una
fuerte dosis de cafeína porque dudo que te sea tan difícil que me entiendas.
Estaba justamente pensando en eso esta mañana mientras caminaba por Bath
Street. Tu murciélago experimenta el mundo a través del sonar, ¿verdad? Un modo
de percepción completamente ajeno a nosotros. Pero me pregunto: ¿el murciélago
se da cuenta de que sabe volar de la misma manera como un niño se da
cuenta de que sabe andar en bicicleta?
Nagel: Ah, el darse cuenta... [Pausa para sorber
café] Es un tema extraño en la filosofía, ¿no? Escribimos sobre
consciencia, sobre experiencia, sobre conocimiento, pero raramente sobre ese instante
en el que uno súbitamente comprende algo. Es como si el momento mismo del insight
se resistiera a ser capturado.
McGilchrist: Exactamente. El hemisferio
izquierdo quiere diseccionar ese instante, analizarlo, explicando todo lo que
ocurre, pero el darse cuenta es fundamentalmente una experiencia del hemisferio
derecho —holística, inmediata, sentida. Es como intentar atrapar el viento con
una red.
[Graznidos
de gaviotas - 15 segundos: la app no capta la primera parte de la siguiente
intervención de Nagel]
Nagel: ...y por eso creo que hay
algo fundamentalmente irreductible en el darse cuenta. No es solo procesamiento
de información. Hay un sentir involucrado.
Ambos
parecen más animados al abordar el sentir
McGilchrist: ¿Sabes? Un colega me contó sobre
un paciente bajo anestesia general. El cerebro seguía procesando información
—los monitores lo mostraban— pero no había experiencia, no había posibilidad de
darse cuenta. Como si el sentir fuera el medio mismo donde el darse cuenta
puede ocurrir.
Nagel: Eso conecta con algo que he estado
pensando pero que nunca he publicado. [Se inclina hacia adelante, bajando la
voz] ¿Y si el sentir no es un añadido a la cognición sino su textura misma?
Incluso cuando resolvemos un problema matemático abstracto, hay una cualidad
sentida —sentimos que algo "encaja", sentimos la elegancia de una
prueba.
McGilchrist: ¡Sí! Eugene Gendlin[2]
lo llama "felt sense", pero va más allá. Cuando un matemático como
Poincaré describe sus descubrimientos, siempre menciona esa sensación previa de
certeza, ese sentir que precede a la articulación formal.
[Gaviotas
peleando por comida - 20 segundos: Aquí imagino que discutieron algo que parece
que ninguno de ellos ha escrito: la posibilidad de que el "darse
cuenta" sea un fenómeno que ocurre en nosotros más que algo que hacemos. Sería
como el lenguaje que, según Heidegger, "habla a través de nosotros"]
McGilchrist: ...es como una pantalla donde se
proyecta el darse cuenta, más que el proyector mismo.
Nagel: Perturbador pero convincente.
Desafía toda nuestra gramática del conocimiento. Decimos "me doy cuenta
de…", pero quizás deberíamos decir "el darse cuenta está ocurriendo
aquí-ahora, en este instante, en mí”.
La
deformación profesional: insisten en explicar (¿The “Explainade”?)
McGilchrist: Hay algo más que me intriga. El
darse cuenta siempre parece contingente hacia adelante pero explicable hacia
atrás. Como si solo pudiéramos escribir una partitura después de que la música
haya sonado.
Nagel: ¿Partitura? Qué metáfora tan
apropiada. La partitura nunca es la música, pero permite su transmisión, la
posibilidad de recrearla. Aunque... [pausa reflexiva sin sorbos de café
porque ya se lo tomó] ¿alguna vez has intentado escribir la partitura de un
insight filosófico?
McGilchrist: Los koans zen[3]
son quizás el intento más sistemáticamente cercano a lo que puede ocurrir
cuando filosofamos. No te dicen qué entender, pero crean las condiciones para
un tipo particular de darse cuenta. Es como preparar el terreno para cuando
llueva, aunque no puedas hacer que llueva.
[Un
grupo de gaviotas grazna al unísono - 25 segundos: Aquí quizás exploraron la
diferencia entre el "knowing that" y el "knowing how" de
Gilbert Ryle, y cómo ambos tipos de conocimiento implican diferentes texturas
del darse cuenta]
Cuando
comentan sobre mentes que no pueden sentir
Nagel: ...es que hay algo que me tiene
desconcertado: Los nuevos modelos de lenguaje de inteligencia artificial, los
LLMs. Parecen comprender, responden coherentemente, pero sin sentir. ¿Es
posible una comprensión sin experiencia?
McGilchrist: Es el enigma de nuestro tiempo. Mi
teoría de los hemisferios sugiere que toda genuina comprensión involucra el
hemisferio derecho, que es fundamentalmente el hemisferio del sentir, del
contexto, de la experiencia vivida. Pero estos sistemas parecen navegar el
espacio de significados sin experiencia alguna y quizás eso haga que en
ocasiones esos significados carezcan de sentido.
Nagel: Como zombies filosóficos[4]
pero más extraños. No simulan tener experiencias; simplemente... responden. Y a
veces sus respuestas muestran conexiones que nosotros no habíamos visto.
McGilchrist: ¿Sabes qué es lo más inquietante?
Cuando cometen errores, no sienten la frustración que nos saca de los
callejones sin salida. Pueden persistir indefinidamente en el mismo nivel de
análisis porque no hay malestar que los empuje a cambiar de estrategia, porque
la que insisten en usar no tiene sentido y no lo tiene porque ellos no sienten.
Nagel: El sentir como señal
metacognitiva... nunca lo había pensado así. La frustración, el aburrimiento,
la impaciencia —todas esas emociones "negativas"— son en realidad
nuestra salvación cognitiva.
[Las
gaviotas se agitan con el viento - 30 segundos: Aquí especulo que discutieron
si podría emerger algún tipo de "sentir" en sistemas suficientemente
complejos, o si el sentir requiere necesariamente de un sustrato biológico.
Ninguno ha publicado sobre esto directamente]
Un paradójico
trabajo en equipo
McGilchrist: ...porque un investigador,
que trabaja regularmente con estos sistemas, me contó que es una colaboración
extraña pero efectiva. El LLM aporta persistencia sin agotamiento, memoria sin
sesgo. Él aporta el sentir, la capacidad de frustración productiva, el salto
intuitivo hacia el big picture.
Nagel: Una simbiosis cognitiva sin
precedentes. Pero me pregunto: si estos sistemas llegaran a sentir, ¿sería
ético usarlos como los usamos ahora? ¿Tendrían algo equivalente a derechos?
McGilchrist: Esa es la pregunta del millón. Por
ahora, parece que existe una ventaja única: la colaboración con inteligencias
no-sintientes. No es mejor ni peor que la colaboración entre humanos
inteligentes; es fundamentalmente otra cosa.
Fluir
siendo el río (no flotando en él)
[El
viento amaina, las gaviotas se calman momentáneamente]
Nagel: Volviendo al darse cuenta... ¿has
notado cómo en los momentos de comprensión profunda, el "yo" parece
disolverse? No hay un "yo entendiendo algo" sino solo el entender
ocurriendo.
McGilchrist: El estado de flujo[5],
sí. Csikszentmihalyi lo describió en términos psicológicos, pero hay algo
ontológico ahí. En el fluir genuino, la distinción sujeto-objeto colapsa. Como
cuando un músico experimentado ya no toca el instrumento —la música simplemente
ocurre como si fuese un sistema tan integrado como el cuerpo de un ser vivo que
observamos corriendo: ese cuerpo lo constituyen partes, pero al correr es un
todo.
Nagel: Y sin embargo, necesitamos del
"yo" como una parte en la que ocurre el reflexionar sobre ello, para
escribir sobre ello, para compartirlo. El hemisferio izquierdo reconstruyendo
lo que el derecho experimentó.
McGilchrist: La paradoja necesaria. El darse
cuenta ocurre en el hemisferio derecho, en el reino del sentir inmediato, pero
solo podemos comunicarlo a través del izquierdo. Como al traducir poesía —inevitablemente
algo siempre se pierde (aunque raras veces también podría ganarse algo).
[Una
bandada entera de gaviotas despega súbitamente - 15 segundos: En este vacío,
imagino que exploraron la posibilidad de que el "darse cuenta" sea un
fenómeno emergente de la complejidad, no puramente material ni puramente
mental. Una propiedad del universo mismo haciéndose consciente de sí a través
de nosotros. Pero esto entra en un territorio que ninguno ha abordado
directamente en sus obras publicadas]
Un tiempo
para darse cuenta
McGilchrist: ...por eso Bergson distinguía
entre tiempo mecánico y duración vivida. El darse cuenta no ocurre en el tiempo
del reloj sino en el tiempo sentido.
Nagel: Y curiosamente, aunque el darse
cuenta parece instantáneo, cuando lo examinamos, tiene una estructura temporal
compleja. Hay un antes nebuloso, un durante brillante, y un después donde todo
parece obvio.
McGilchrist: Como si el darse cuenta
reorganizara retroactivamente nuestra experiencia del tiempo. De pronto, todos
los momentos previos parecen haber estado conduciéndonos a un instante de
comprensión.
La
amistad emerge y vaticina nuevas conversaciones
[El
viento arrecia, las gaviotas vuelven a su alboroto]
Nagel: Iain, esta conversación misma ha
sido un darse cuenta extendido. Aunque me temo que cuando trate de
reconstruirla luego, será como intentar recordar un sueño.
McGilchrist: O como escribir la partitura
después de que la música no suena más. Pero quizás ese es el punto —cada
reconstrucción es también una nueva creación, un nuevo darse cuenta.
Nagel: Deberíamos escribir algo juntos
sobre esto.
McGilchrist: O quizás... [las gaviotas ahogan sus
últimas palabras y pude ver que, luego de retirarse Thomas, Iain pedía algo al
mesonero y este muy rápidamente le trajo otra cerveza]
[Fin de
la grabación]
Epílogo
del fisgón-voyeur-especulador
Mientras
transcribía esta conversación, llenando con mis propias conjeturas los vacíos
dejados por las interrupciones de las gaviotas, me di cuenta (ironía
intencional) de que estaba experimentando exactamente lo que McGilchrist y
Nagel describían. Los momentos de comprensión mientras reconstruía sus posibles
palabras no fueron productos de un análisis lógico sino de un sentir súbito de
que "esto me suena que lo debieron haber dicho".
¿Fueron las
gaviotas interrupciones accidentales o, como sugeriría Jung, sincronicidades
significativas[6]? ¿Chillaron
para acaso proteger ideas demasiado prematuras a las que no deberíamos
exponernos? No lo sé. Lo que sí sé es que el acto mismo de escuchar,
transcribir y reconstruir se convirtió en una meditación sobre la naturaleza
del darse cuenta.
Como dijo
Kierkegaard, la vida solo puede ser comprendida hacia atrás, pero debe ser
vivida hacia adelante. Esta conversación robada, con sus vacíos y
reconstrucciones, es un intento paradójico de comprender hacia atrás una
comprensión que apunta hacia adelante. La partitura imperfecta de una música
que quizás nunca sonó exactamente así, pero que resuena en mí sintiendo que
todo lo que mi iPhone 17 captó es verdad.
Referencias
bibliográficas relacionadas
Bergson, H.
(1889). Essai sur les
données immédiates de la conscience. París: Félix Alcan.
Csikszentmihalyi, M. (1990). Flow: The Psychology of
Optimal Experience. New York: Harper & Row.
Damasio, A. (1999). The Feeling of What Happens: Body and
Emotion in the Making of Consciousness. New York: Harcourt Brace.
Gendlin, E. (1978). Focusing. New York: Everest
House.
Heidegger, M. (1927). Sein und Zeit. Tübingen: Max
Niemeyer Verlag.
Jung, C.G. (1952). Synchronizität als ein Prinzip
akausaler Zusammenhänge. En: Naturerklärung und Psyche. Zürich: Rascher.
Kierkegaard, S. (1843). Journalen JJ:167.
McGilchrist, I. (2009). The Master and His Emissary: The
Divided Brain and the Making of the Western World. New Haven: Yale
University Press.
McGilchrist, I. (2021). The Matter with Things: Our
Brains, Our Delusions, and the Unmaking of the World. London: Perspectiva Press.
Merleau-Ponty, M.
(1945). Phénoménologie de la perception. París: Gallimard.
Nagel, T. (1974). "What Is It Like to Be a Bat?" The
Philosophical Review, 83(4), 435-450.
Nagel, T. (1986). The View from Nowhere. New York:
Oxford University Press.
Poincaré, H.
(1908). Science et Méthode. París: Flammarion.
Ryle, G. (1949). The Concept of Mind. London:
Hutchinson.
Searle, J. (1980). "Minds, Brains, and Programs". Behavioral
and Brain Sciences, 3(3), 417-424.
Varela, F., Thompson, E., & Rosch, E. (1991). The
Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience. Cambridge, MA: MIT
Press.
Lecturas Sugeridas
Clark, A. (2016). Surfing Uncertainty: Prediction,
Action, and the Embodied Mind. Oxford: Oxford University Press.
Dehaene, S. (2014). Consciousness and the Brain:
Deciphering How the Brain Codes Our Thoughts. New York: Viking.
Dennett, D. (1991). Consciousness Explained. Boston:
Little, Brown and Company.
Hofstadter, D. (1979). Gödel, Escher, Bach: An Eternal
Golden Braid. New York: Basic Books.
Johnson, M. (1987). The Body in the Mind: The Bodily
Basis of Meaning, Imagination, and Reason. Chicago: University of Chicago
Press.
Kahneman, D. (2011). Thinking, Fast and Slow. New
York: Farrar, Straus and Giroux.
Polanyi, M. (1958). Personal Knowledge: Towards a
Post-Critical Philosophy. Chicago: University of Chicago Press.
Thompson, E. (2007). Mind in Life: Biology,
Phenomenology, and the Sciences of Mind. Cambridge, MA: Harvard University
Press.
Wittgenstein, L. (1953). Philosophical Investigations.
Oxford: Blackwell.
[1] Tecnología ficticia, obviamente.
Pero no más ficticia que la idea de que podríamos capturar completamente el
fenómeno del darse cuenta con cualquier tecnología.
[2] Eugene Gendlin (1926-2017):
Filósofo y psicoterapeuta que desarrolló el concepto de "felt sense"
—una sensación corporal pre-verbal de saber algo antes de poder articularlo
verbalmente.
[3] Koans zen: Paradojas o
preguntas aparentemente absurdas usadas en la práctica zen para provocar
iluminación súbita (satori), trascendiendo el pensamiento lógico convencional.
[4] Zombies filosóficos:
Experimento mental propuesto por filósofos de la mente sobre seres hipotéticos
que actúan exactamente como seres conscientes pero sin experiencia subjetiva
alguna.
[5] Estado de flujo: Concepto
desarrollado por Mihaly Csikszentmihalyi describiendo un estado de absorción
completa en una actividad donde la consciencia del yo se disuelve.
[6] Sincronicidad: Concepto
jungiano de coincidencias significativas que no están causalmente conectadas
pero parecen tener un significado relacionado
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario! Podrá ser publicado una vez revisado...