Blog personal en el que...

Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

6.2.25

De las plazas públicas a las arenas digitales: La colcha de retazos evolutiva de la comunicación humana

En una soleada ágora de la antigua Atenas, un orador de lengua afilada cautivaba a una asamblea con una retórica conmovedora sobre la democracia, el valor y el destino. Miles se reunían bajo el cielo abierto, intercambiando acuerdos, quejas y susurros interpretativos de sus palabras. Esto era más que un discurso: era un acto de narración comunitaria, una transmisión en vivo de ideas en la que cada oyente jugaba un papel en la narrativa que se desarrollaba.

Avancemos muchos siglos hasta la Europa medieval, donde trovadores e itinerantes recorrían castillos y pueblos. Sus canciones y relatos, transmitidos oralmente, conectaban diversas comunidades en un diálogo cultural compartido. En tabernas y mercados, estos intérpretes se convirtieron en los influenciadores de su época, tejiendo narrativas que podían unir apoyos, encender rebeliones o simplemente entretener. Su medio era la palabra hablada y, sin embargo, el impacto era tan profundo como el de cualquier video viral moderno.

La invención de la imprenta en el siglo XV encendió otra revolución en la comunicación. Por primera vez, las ideas pudieron ser producidas en masa, distribuidas a lo largo de vastas distancias y preservadas para la posteridad. Obras icónicas—ya fueran tratados de filósofos políticos o los versos ingeniosos de poetas—saltaron de las páginas entintadas de los libros a las manos de un público cada vez más alfabetizado. Así como hoy en día los blogueros influyentes moldean el discurso desde las plataformas digitales, los autores y editores de la era moderna temprana ejercieron un inmenso poder para moldear la opinión pública y la cultura a través de la imprenta.

Hoy, el panorama de la comunicación es más intrincado que nunca. Habitamos un mundo donde los libros impresos, los eventos en vivo y las plataformas digitales coexisten en una red dinámica e interconectada. Gigantes de las redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok y X (anteriormente Twitter) sirven como las plazas públicas modernas, donde cualquiera con conexión a Internet puede tener voz. Sin embargo, al igual que en las antiguas asambleas y ferias medievales, estos espacios digitales no están flotando libremente; están de algún modo curados, a menudo mediante algoritmos opacos y políticas corporativas que deciden qué voces se amplifican y cuáles quedan relegadas a los márgenes.

La evolución de estas redes de comunicación puede compararse con una estructura fractal, en la que los patrones de interacción se repiten a diferentes escalas. En el nivel más elemental, tenemos a los creadores de contenido individuales: un bailarín en TikTok, un periodista local o un activista de barrio. Estos nodos interactúan dentro de una única plataforma, pero su influencia puede expandirse, conectándose con medios tradicionales, eventos públicos e incluso instituciones políticas. Tal como una sola piedra lanzada en un estanque puede hacer ondular toda la superficie, una idea o movimiento convincente puede originarse en un rincón de una comunidad en línea y extenderse hasta alcanzar una relevancia nacional o global.

A lo largo de la historia, la esencia de la comunicación humana ha permanecido constante. En su núcleo, una red social—ya sea en antiguos foros, en las bulliciosas calles de las ciudades, en panfletos impresos o en flujos digitales—se construye sobre unos componentes clave:

  1. Nodos de Comunicación: Individuos o grupos, ya sean ciudadanos en una plaza, asistentes en una taberna, lectores de un libro impreso o usuarios en las redes sociales contemporáneas, que tanto comparten como consumen contenido.
  2. Intermediarios y Vigilantes: Figuras o instituciones que facilitan o controlan el flujo de información. En la antigüedad, estos podían ser jefes comunitarios o líderes religiosos; en la era moderna, editores y compañías tecnológicas desempeñan este rol.
  3. El Contenido como Moneda: Ya se trate de narración oral, textos impresos o publicaciones digitales, el contenido es la fuerza vital de estas redes. Informa, entretiene, persuade y, en ocasiones, incita a la acción.
  4. Algoritmos de Atención: Aunque en épocas anteriores no siempre eran explícitamente matemáticos, cada era ha tenido sus propios “algoritmos”—normas sociales, valores culturales y estructuras de poder—que determinaban qué mensajes resonaban. Hoy en día, estos medios se diseñan a menudo mediante algoritmos digitales para maximizar la atención, incluso la adicción, a veces a costa de la sutileza y la diversidad.

Los patrones de influencia, control y expresión, sin importar el medio, persisten con una naturaleza fractal en nuestro panorama de comunicación moderno. Los movimientos políticos, por ejemplo, ya no se limitan a la esfera tradicional de mítines y reuniones públicas. En cambio, invaden los medios digitales, repletos de hashtags, memes y videos virales que pueden moldear la política pública y las elecciones nacionales. La interacción entre los medios antiguos y los nuevos, lo local y lo global, conforma un ecosistema complejo en el que el poder se descentraliza y, paradójicamente, se concentra en manos de unos pocos gigantes tecnológicos.

En esta intrincada colcha de retazos, el ejercicio de la política nunca ha estado tan entrelazado con los mecanismos de la comunicación. La capacidad para movilizar apoyos, desafiar el statu quo o incluso subvertir las estructuras de poder establecidas depende ahora de saber navegar en esta red fractal—entender que cada mensaje, cada entrada en un blog y cada momento transmitido en vivo puede contribuir a una narrativa más amplia de nuestro tiempo.

Mientras nos situamos en la intersección de la tradición y la innovación, la necesidad humana de comunicarse continúa evolucionando. Sin embargo, los componentes fundamentales permanecen: voces que comparten historias, intermediarios que moldean mensajes y algoritmos—sean culturales o digitales—que determinan qué narrativas alcanzan la prominencia. Reconocer esta continuidad no solo profundiza nuestra comprensión del pasado, sino que también ilumina el camino a seguir en un mundo donde el arte de la comunicación es más poderoso y complejo que nunca.

(*) Artículo creado como resultado de un diálogo con ChatGPT, versión o3-mini.

 

31.1.25

MANIFIESTO POST-RACIONALISTA: Hacia un Horizonte Más Amplio para la Razón, la Imaginación y la Plenitud Humana

 


 I.         Orígenes e Impulso

A lo largo de la historia, la humanidad ha exaltado la racionalidad como su mayor virtud. Desde la Ilustración en adelante, la lógica y la ciencia empírica han impulsado desarrollos transformadores, remodelando drásticamente nuestras sociedades, tecnologías y la concepción que tenemos de nosotros mismos. Sin embargo, junto a estos logros extraordinarios, hemos presenciado cómo la racionalidad en su forma más estrecha puede usarse como arma para justificar la negligencia moral, despojar de pasión humana las decisiones políticas o reducir la creatividad a mera producción formulaica.

El Post-Racionalismo surge para responder a estas paradojas. No es un rechazo de la investigación racional ni del pensamiento basado en evidencia. En cambio, es una invitación a ir más allá de ellos, abrazando toda la amplitud de la experiencia humana, los intrincados patrones regulares de la naturaleza, la sutileza del arte y la creatividad, y los imperativos morales que, a veces, el mero cálculo lógico oscurece.


II.          Qué es el Post-Racionalismo

  1. Una Concepción Más Amplia de lo “Racional”

La racionalidad clásica privilegia el razonamiento consciente y la lógica estricta. El Post-Racionalismo reconoce que los procesos ordenados, adaptativos o coherentes existen mucho más allá del pensamiento humano: desde la inclinación fototrópica de una planta hasta la danza cósmica de las galaxias. Afirmamos que la creatividad, la imaginación, la intuición y la inteligencia emocional pueden ser fuentes de conocimiento al mismo nivel que la lógica formal. Recibimos con agrado aquellos saltos que al principio parezcan “irracionales” si abren nuevos horizontes para el arte, la ciencia o el progreso social.

  1. Una Reconciliación de la Libertad Humana con la Ley Natural

Vemos la naturaleza como un gran tapiz de legalidad—una autoridad, no un “tirano” que nos impone caos. Reconocer estos patrones profundos (lo que podría llamarse “la racionalidad del universo”) puede enriquecer nuestra libertad en vez de encadenarla. La libertad, en un sentido post-racionalista, abarca la elección deliberada, los estallidos espontáneos de inspiración y también la aceptación de las restricciones legítimas de la naturaleza. Al equilibrar estos elementos, perseguimos una libertad más humana y creativa.

  1. Una Alternativa a la Arbitrariedad Ciega del Poder

La verdadera “irracionalidad” surge cuando un agente sabe lo que es correcto, pero insiste en actuar en contra, sea por autoengaño, ansia de poder sin control o dogmas dañinos. El Post-Racionalismo distingue los verdaderos saltos creativos (no racionales o transracionales) del rechazo deliberado de verdades aceptadas no falseadas, que puede desembocar en opresión y confusión. El Post-Racionalismo aboga por un mundo donde autoridad signifique “rendición de cuentas basada en la razón, con beneficio compartido y principios coherentes”. El poder—definido como control arbitrario basado en la fuerza—erosiona la confianza y fomenta tiranías. La autoridad, en cambio, se edifica sobre estructuras transparentes y políticas fundamentadas en la evidencia, abiertas a la reflexión moral, el florecimiento artístico y nuevas perspectivas.


  III.              Nuestra Visión para la Humanidad

  1. Una Ética Política de Razón e Imaginación

El Post-Racionalismo sueña con sistemas políticos que no queden atrapados en la burocracia rígida o en una mera receta. Queremos instituciones que combinen la deliberación fundada en la razón con soluciones imaginativas, fomentando participación genuina y empatía. Nos oponemos a llamar “autoridades” a los dictadores; ellos representan poder en bruto, no liderazgo responsable. Defendemos democracias que sigan ampliando la deliberación racional mientras dejan espacio para la diversidad cultural, la intuición y la elaboración creativa de políticas.

  1. Un Ámbito Artístico Más Allá de los Límites de la Lógica

Celebramos el arte como canal principal para trascender la sequedad de la lógica pura. Ya sea la absurdidad lúdica del Dadá o la improvisación fascinante del jazz, el arte suele surgir de un paso fuera de patrones previsibles. Nuestro movimiento no ve en esa aparente falta de lógica un “caos”. Más bien, es la amplitud de la racionalidad de la naturaleza en acción, que permite la paradoja, la emoción y la improvisación para revelar verdades que el pensamiento lineal no puede alcanzar.

  1. La Ciencia como Puente entre lo Conocido y lo Imaginativo

La ciencia, en su mejor versión, fusiona la observación rigurosa con la elaboración creativa de hipótesis. El Post-Racionalismo anima a los científicos a permanecer abiertos a datos sorprendentes, saltos imaginativos y la integración interdisciplinaria. Rechazamos la idea de que la imprevisibilidad o el caos en los fenómenos naturales sea “irracional”. La complejidad y las leyes probabilísticas forman parte de la profunda coherencia de la naturaleza—una coherencia que tal vez solo alcancemos a comprender parcialmente. Aceptar ese misterio puede alimentar nuevos descubrimientos.

  1. Una Reafirmación de la Verdad y la Responsabilidad

Decir la verdad sigue siendo fundacional: sin ella, la razón y el discurso abierto colapsan. Pero también reconocemos que el autoengaño o la propaganda pueden disfrazarse de estrategia racional, sembrando confusión y opresión. El Post-Racionalismo insiste en la sinceridad y la honestidad intelectual, incluso mientras experimentamos con ampliaciones artísticas o intuitivas de lo que significa ser “racional”.


  IV.     Llamado a la Acción

El Post-Racionalismo consiste en negarnos a quedar encadenados dentro de los límites de una lógica estrecha y meramente instrumental. Nos invita a expandir la indagación racional en lugar de rechazarla, a dar un paso audaz hacia la creatividad y la imaginación moral, y a reconfigurar nuestra política, arte y ciencia en sintonía con un sentido más profundo e inclusivo de la “racionalidad”.

Evitemos elegir entre el racionalismo estéril y la anti-razón caótica. Proclamemos la necesidad de un mundo donde la razón y la intuición, la estructura y la espontaneidad, la ciencia y el arte, la democracia y la disidencia creativa caminen lado a lado, cooperando para enriquecer la vida humana y salvaguardar nuestro planeta.

El Post-Racionalismo representa un futuro en el que reconocemos los patrones legítimos del universo como una autoridad más que como un adversario, cultivamos una libertad que va más allá de los impulsos irreflexivos, y aspiramos a una sociedad más humana, abierta a nuevas maravillas, imperativos morales y saltos imaginativos.

Únanse a nosotros en la construcción de un nuevo horizonte para la humanidad, donde las herramientas racionales se encuentren con las posibilidades inexploradas del espíritu humano, y donde la libertad sea el resultado tanto de la inspiración como de la claridad intelectual.

Este es nuestro manifiesto.
Esto es el Post-Racionalismo.

 

Firmado con Consciencia, Corazón y Coraje,

 

Moises P. Ramirez
Movimiento Postracionalista

 


 

El Programa Post-Racionalista

A continuación, presentamos una guía audaz y persuasiva sobre cómo un post-racionalista puede transformar la práctica cotidiana en diferentes terrenos como los de la política, las artes y la ciencia.


A. Política y Vida Social

  1. Redefinir la Autoridad:
    • Llamar “autoridad” solo a individuos o instituciones que gobiernen con transparencia, responsabilidad y consulta razonada con la ciudadanía.
    • Resistir cualquier régimen que pretenda legitimidad pero que opere mediante coerción, secretismo o decretos arbitrarios. Nombrarlos por lo que son: sedientos de poder, no autoridades.
  2. Instituir “Laboratorios de Diseño de la Democracia Creativa”:
    • Alentar a las comunidades y gobiernos a impulsar diálogos inagotables, que combinen el análisis experto con sesiones de resolución imaginativa de problemas a través del diseño.
    • Rotar la participación de ciudadanos con diversa formación, incluyendo artistas, científicos y filósofos, para asegurar nuevas contribuciones y minimizar la mentalidad de grupo.
  3. Superar la “Deriva Racionalista”:
    • Exigir una repotenciación de los enfoques puramente tecnocráticos. Insistir en medidas cualitativas (cultura, bienestar, equilibrio ecológico) sin desmerecer métricas cuantitativas como el PIB.
    • Apoyar políticas que dejen espacio a los matices morales, la libertad personal y la expresión cultural, incluso donde la eficiencia racional estricta sugiera una única “solución” óptima.

B. Artes y Cultura

  1. Acoger la Inspiración No Racional:
    • Celebrar expresiones artísticas que desafíen la lógica lineal—poesía, surrealismo, improvisación—para mantener viva la imaginación pública.
    • Fomentar un entorno cultural donde lo “sin sentido” pueda ser lúdico, subversivo y generativo, en lugar de descartarse por inútil.
  1. Crear Plataformas de Intercambio Cultural:
    • Crear foros (físicos y virtuales) para la creación artística intercultural e interdisciplinaria, que permitan “colisiones” espontáneas de ideas de distintos campos y tradiciones.
    • Impulsar colaboraciones entre matemáticos y músicos, filósofos y pintores, científicos y poetas, promoviendo la sinergia entre el entendimiento racional y la visión intuitiva.

  2. Reforzar a la vez Libertad Artística y Responsabilidad:
    • Defender con firmeza la libre expresión, promoviendo al mismo tiempo una cultura reflexiva: el arte puede desafiar normas, pero no debería incitar cínicamente a la violencia o el engaño.
    • Recordar a los artistas que moldean cosmovisiones. Ser provocativos, pero permanecer abiertos al diálogo y a la autocrítica.

C. Ciencia y Aprendizaje

  1. Aplicar Metodologías Pluralistas:
    • Respaldar el método científico al tiempo que se permiten saltos imaginativos. Una hipótesis no tiene que ser “lógica” desde el inicio; es importante que pueda ponerse a prueba o explorarse.
    • Promover, en campos como la física teórica, la biología o las ciencias climáticas, la colaboración interdisciplinaria que incorpore las artes y la filosofía. Los científicos son mejores cuando están receptivos a patrones inesperados y fenómenos emergentes.

  2. Impulsar la Comunicación Transparente:
    • Exigir que las investigaciones se transmitan de forma accesible, cerrando la brecha entre el público y los expertos científicos.
    • Combatir la ignorancia uniendo evidencia racional con relatos y recursos visuales atractivos, implicando tanto la razón como la emoción para difundir la verdad.

  3. Cultivar el Respeto por la “Autoridad” Natural:
    • Aceptar que la naturaleza posee una coherencia intrínseca, y no que provoca un caos “tiránico” o “irracional”.
    • Permitir que esta perspectiva fomente la humildad: no nos conviene dominar la naturaleza, sino aprender de ella y co-evolucionar con ella.