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Escribo sobre temas que me interesan, me afectan, me gustan, me intrigan: algo bastante sobre política, pero también hay de urbanismo, diseño y temas diversos.

28.10.08

Oportunidades

Hace años tuve la oportunidad de escuchar y leer los planteamientos de Carlota Pérez sobre los ciclos que cambios tecnológicos traen sobre la economía mundial. Basada en los trabajos de Kondratieff, Carlota ejemplificaba cómo aproximadamente cada 40 o  60 años se formaban olas de crecimiento y auge que luego llegaban a una típica “ruptura de burbuja financiera” que hacía terminar cada ciclo mientras se daba inicio al siguiente. La actual crisis financiera de la burbuja hipotecaria... ¿Será el final de un ciclo? ¿Qué características tiene el que estaría comenzando? ¿Conviene mirar lo que ocurre actualmente con un cristal que nos permita identificar nuevas oportunidades para Venezuela como país y para cada uno de nosotros como personas?

Una posible explicación no financiera de la actual crisis hipotecaria es la constelización de nuevos valores que afectan la formación social de las familias y sus rutinas de vida. Hay una célebre tesis marxista expuesta por Engels, según la cual a cada “modo de producción” le correspondería un tipo de estructura familiar. Así al modo de producción rural o medieval le correspondía la familia extendida, mientras que a medida en que se fueron consolidando oleadas de producción semi-industrial e industrial en ciudades, la estructura familiar que se impuso fue la nuclear: papá, mamá e hijos.

Pero ¿Qué está ocurriendo en estos inicios del siglo XXI? En muchos países post-industriales se llevan décadas de oleadas de producción de servicios, sobre todo de servicios basados en conocimientos y cultura, que dejan atrás la típica organización de la producción industrial. Fábricas enteras que todavía realizan manufacturas poco robotizadas se reubican fuera de sus países de origen, localizándose en Asia, México, Europa del Este, etc., dejando a USA, Europa y Japón como las grandes potencias de los servicios o también llamadas sociedades del conocimiento.

Tanto Holywood, Rock, Moda, Universidades y Bancos tienen consecuencias sobre la estructura familiar. ¿Qué implican las mascotas en relación a la cotidianidad familiar de personas solitarias? ¿Cuál es la relación entre legalidad del aborto y tamaño familiar? ¿Hasta qué punto las parejas gays pueden llegar a constituirse como familias nucleares? Existen actualmente “formaciones familiares” que podrían estar cuestionando seriamente el modelo de suburbios con casas en las que se supone que habitarían familias nucleares...
A los cambios de estructura familiar agréguele el impacto de Internet y la globalización de las comunicaciones... Ya casi no conversamos con vecinos, sino que preferimos chatear con gente regada por todo el planeta. ¿Estaremos volviendo a una especie de familia extendida pero virtual?

El asunto es complejo por la variedad y profundidad de los cambios. Seguramente Carlota debe comprender más claramente lo que está ocurriendo. Pero conociendo que en ciclos anteriores se han creado grandes oportunidades para sociedades e individuos que los han sabido “leer”, la actual crisis no tiene por qué ser una excepción.

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