La premiada y afamada serie de Netflix Breaking Bad trata sobre un profesor de química llamado Walter White quien, ante un diagnóstico de que tiene cáncer de pulmón, decide dedicarse a producir metanfetaminas; su intención es poder hacer dinero suficiente que sirva para que, luego de su inminente muerte, su familia se mantenga viviendo dignamente.
Walter está resentido por lo poco que gana como profesor, por las obligaciones familiares, por las comparaciones que se hace con otros profesionales que a diferencia de él sí han alcanzado éxito económico. Ese resentimiento, combinado con la noticia sobre su enfermedad, se convierte en una fuerte reacción que lo lleva a buscar aprovechar sus conocimientos para hacer ese dinero, ese dinero que previamente nunca se puso a producir. Pero la necesidad de hacer un monto significativo a una gran velocidad, lo conduce al terreno de lo ilegal: la droga.
Si cada ser (incluyendo a los humanos) solo necesita estar vivo para darse cuenta de que inevitablemente va a morir en algún momento, ¿Por qué Walter decide en circunstancias extremas volverse más "productivo" tomando un tipo de decisión que podría haber tomado mucho antes, sin tener la presión de una posible pronta fecha de su muerte como aliciente? ¿Será que dejar herencia es como seguir viviendo más allá de la impronta genética, puramente biológica, de la descendencia?
Esa aparentemente suficiente razón para decidir lo que decidió, resultó luego más o menos incompleta porque, en el fondo, Walter buscaba con igual o mayor entusiasmo poder decidir y seguir decidiendo libremente sobre qué, cómo, cuándo, dónde y con quién hacer lo que quería hacer como individuo. Es su libertad individual, más que el presunto amor por esposa e hijos, lo que pareció determinar la ruta a seguir. Walter va entonces dejando de ser objeto de su empleo, de su familia, de su entorno... para convertirse en un sujeto que toma decisiones, que actúa de acuerdo con sus objetivos (con complicaciones y efectos colaterales terribles en muchas de las circunstancias), pero con decisiones propias.
Esa es la promesa de la Modernidad: el individuo libre, que toma sus decisiones, que es "capitán de su alma," como diría el otro W.W., Walt Whitman de quien, por cierto, aparece su libro Hojas de Hierba en uno de los nudos claves de la extensa narración. Pero a esa capacidad, a esa la luz brillante de muchos individuos libres y dignos que iluminó la posibilidad del Enlightenment (La Ilustración), lo acompaña a su paso la sombra de la complejidad generada justamente por esas decisiones que, por ser libres y de muchos individuos, serían hasta cierto punto impredecibles.
Junto a la Modernidad va a crecer inevitablemente la incertidumbre, el azar, así como las oportunidades de cambio. Eso la hace compleja y quizás incomprensible. La libertad para decidir podría combinarse con un análisis de escenarios y de opciones pero, hasta para el ser más inteligente y capaz, la explosión combinatoria lo abrumará.
El individuo libre y decidido se encontrará con muchos otros individuos libres y decididos para crear una compleja red de interacciones. El usar mentiras y estratagemas podría ayudarlo un rato a controlar la diversidad de posibles situaciones. Pero, más temprano que tarde, la sombra de la complejidad emerge para empañar los sueños de libertad que Whitman (y cualquier otro liberal moderno) creyó posible.
Un orden fascista o comunista reduciría la complejidad, pero también mataría la libertad. Un sistema de libertades aumenta la complejidad pero junto con ella aumentará también la incertidumbre y sus inevitables complicaciones. To break bad es tentador pero peligroso.
Libertad individual significa responsabilidad individual. No hay excusas, ni tampoco alegatos sobre que las intenciones eran las mejores. Pero, de todos modos... ¡Bienvenida la libertad!
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