Luis V. nunca habla mal del gobierno, sino de la oposición. Llega a afirmar en su artículo que nosotros mismos llegamos hasta "autodesesperanzamos" solos, como si él no tuviera nada que ver con éso.
Lamento que tenga tanta audiencia en medios como éste. Lamento que mucha gente que conozco le crea porque lo consideran un científico social, muy objetivo en lo que dice. capaz de hacernos el "favor" de plantear verdades incómodas.
La razón principal de que algo así ocurra es que creemos que el significado de lo dicho está en los diccionarios, en el significado estático de las palabras. El significado es producto de un proceso más complejo donde interviene el contexto en el cual decimos o escribimos algo y las consecuencias de lo dicho o escrito. Las intenciones y el significado de lo que hacemos esta en las consecuencias, no en "cómo suena" (lógico, bien-intencionado, profesional, etc.). Esta manera de ver los actos de lenguaje, no es la que aprendemos en nuestra educación estándar.
Somos responsables de ello. Nuestras escuelas de comunicación social hacen perdurar este juego. Los medios, quizás conscientes, se hacen cómplices. Así, la opinión de un experto comienza a circular, a hacerse conocida y con ello contribuye a producir las consecuencias que luego "se pueden observar".
Hacer encuestas está bien y, por lo general, son encargadas por clientes que cubren sus costos, generalmente cuantiosos. Pero que la empresa encuestadora salga a hacer rondas de medios es otro asunto. Se convierten en actores políticos disfrazados de científicos. Esas horas dedicadas a visitar medios, probablemente sean parte de la factura cubierta por los clientes.
Los clientes no van a pagar por una narrativa que los perjudique. Mira a quien beneficia una encuestadora con lo que dice y tendrás una idea de quién podría haber pagado por hacerla y convertirla en un cuento. El cliente se beneficia si el encuestador: 1. No habla mal de él; 2. Si habla un poquito mal (para parecer "objetivo"), da a entender que no es algo totalmente seguro; 3. Si habla bien del adversario, advierte que puede estar totalmente equivocado; 4. Habla mal del adversario; y 5. Habla maravillas del cliente.
Para la última opción, escuche a Schemmel.
Ellos no pierden tiempo animando al chavismo en El Correo Del Orinoco, Vea o VTV; se dedican a escribir y hablar en medios de audiencia opositoria con una constante: reiterar que siempre lo hacemos mal y que no hay esperanza, a menos que ocurra algo fortuito, un golpe de suerte.
http://prodavinci.com/blogs/que-pasara-si-no-pasa-por-luis-vicente-leon/
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