Partamos de la siguiente imagen: somos los co-propietarios de un edificio enorme que se extiende sobre un terreno de casi 1 millón de km2, en el cual áreas comunes como la entrada, los ascensores y los pasillos, son lo que llamamos sistema de vialidad y transporte. A estas áreas comunes conformadas por calles, avenidas, autopistas, carreteras, aceras, plazas y parques, las usamos cotidianamente. Existe también un reglamento (leyes) para su uso correcto, para que cada quien no haga lo que le de la gana, afectándonos impunemente a los demás.
¿Qué pensaría usted si se entera que alguien corre por los pasillos de su edificio y termina empujando a una abuelita por las escaleras? ¿Cómo reaccionaría usted si alguien se roba los bombillos del pasillo y daña la puerta de un ascensor y hace que un niño caiga al vacío porque creyó que el ascensor estaba allí? ¿Qué haría usted si se da cuenta que cosas así suceden a diario en su edificio y que, además, la opción de mudarse significaría irse muy, muy lejos?
Con el trabajo de investigación titulado "Grave deterioro de la seguridad vial como efecto de una masificación inconsciente de la corrupción" la comunicadora social Claudia Furiati y yo quisimos ir más allá de los diagnósticos fríos que hasta parecen excusar las conductas ciudadanas que han convertido a Venezuela en un "edificio" sumamente peligroso donde vivir. Las carteleras de ese edificio (medios de comunicación) informan sobre los eventos que ocurren en áreas comunes, llamándolos generalmente "accidentes", aparentemente producidos al azar. En otras oportunidades los etiquetan como una especie de enfermedad contagiosa, una pandemia que mina la salud de los co-propietarios.
Analizamos noticias sobre incidentes viales publicadas durante 2011 en diarios tan importantes como son El Universal y Últimas Noticias, es decir, dos de los responsables de la cartelera del edificio. Descubrimos que la información no cubría incidentes en todos los "pisos" del edificio (énfasis estaba en sucesos del AM de Caracas), ni incidentes de todos los "vecinos" (arrollamientos de peatones o choques de motorizados estaban sub-representados en la muestra). La manera de informar carecía de una visión integral de lo sucedido, sin referencias a causas de los incidentes, a cómo prevenirlos, a responsables de los mismos, limitándose a descripciones de los hechos como si estuviesen narrando en vivo un partido de fútbol.
También conversamos en los "pasillos". Hicimos una consulta directa a miles de lectores de Últimas Noticias a través de un mensaje de texto. Allí nos encontramos una cobertura de eventos con referencias a peatones y motorizados, mucho más cercanas a su peso específico real. También estos "vecinos" fueron muy sinceros en reconocer que muchos incidentes eran consecuencia de cometer imprudencias, de ir a exceso de velocidad o de ingerir licor.
Administrar el uso de lo común, de lo que es de todos es un reto difícil, más no imposible. Reducir la impunidad en la que vivimos constituye una tarea urgente, sobre todo cuando la Junta de Condominio, el Conserje y los Vigilantes del Edificio han tenido, ellos mismos, las conductas reprochables que debemos transformar. Nuestras recomendaciones parten de dos cambios importantes en la manera como entendemos la Seguridad Vial:
1. Para la cartelera:
No sigamos hablando de accidentes o pandemias; se trata de incidentes de violencia vial que son en su gran mayoría evitables. A mayor consciencia de lo que hacemos, habrá menos corrupción inconsciente.
2. Para la Junta, el Conserje y los Vigilantes:
Todo usuario de áreas comunes es también responsable de su cuidado y correcto uso. Si se trata de bienes públicos, el mal uso es corrupción, aunque tradicionalmente no se vea de esa manera. Y para reducir la corrupción, debemos reducir la impunidad.
Si no nos sentimos co-propietarios de este gran edificio que es Venezuela, difícilmente podremos dedicar los esfuerzos que requiere mantenerlo limpio, seguro, bello y funcionando perfectamente. Nada logramos copiándonos de otros edificios que funcionan mal. Nada logramos culpando a vecinos de otros edificios por lo que nos sucede acá.
El deterioro de la Seguridad Vial es sólo un síntoma. Se trata de un cambio cultural en nosotros mismos que podrá impactar en muchas otras áreas. Es un cambio que nos producirá pérdidas (de comodidad, de excusas, de hábitos) pero que traerá, seguramente, mayores beneficios para todos.
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