Una de las quejas al Pragmatismo proviene de su definición del concepto de verdad que, en boca de uno de los pragmatistas clásicos - William James, es, palabras más palabras menos: "Verdad es lo que conviene en un momento dado."
Desde una perspectiva racionalista pura, ese concepto genera un ataque de alergia equivalente a un edema de la glotis. El ciudadano con una educación universitaria promedio reacciona rechazando enérgicamente un concepto de verdad definido de esa manera. Si lo acepta, toda su educación basada en clases magistrales y lecturas (nada de darse cuenta de una manera directa con la generación experiencial y experimental de conocimientos) se derrumbaría.
En Venezuela estamos muy poco entrenados para discutir si una frase es o no verdadera. Generalmente, que una frase sea verdad o mentira depende más de QUIÉN la dijo que de la frase en sí. Si se exige prueba de lo que se afirma, la prueba sufre nuevamente del mismo problema: no es la prueba en sí, sino QUIEN la presenta. Si, por no dejar, además se exigen argumentos que soporten la frase, Ud. podrá imaginarse... no es la lógica argumentativa lo que predominará, sino QUIEN los está trayendo a colación.
¿Es entonces Venezuela el terreno ideal para los pragmatistas? Bueno, en realidad cualquier país lo es. Pragmatismo significa darse cuenta de qué se quiere (qué conviene) y cómo lograrlo. Cualquier discusión dogmática echa por el piso las ventajas estratégicas de ser pragmatista.
¿Pero qué pasa si nos mienten los cara'e tabla de manera flagrante? (como si yo le dijera a Ud. que Ud. en este instante no está leyendo esta parte de mi artículo... o que Ud. me lo dijera a mí en este mismo instante). Ante una constatación verdadera de una mentira, lo mejor que se puede hacer es preguntarnos... ¿Me conviene creer esta mentira? Es decir, el asunto no es apuntar el hecho de mentir, sino asumirlo como una verdad que tiene nuestro interlocutor y preguntarnos hasta qué punto podemos hacerla nuestra.
Ante las recientes protestas de los estudiantes en Venezuela, el gobierno ha emitido en cadena nacional de medios de comunicación social y a través de muchos medios sociales de comunicación, frases descriptivas y explicativas de lo que está sucediendo. Dice que es un golpe de estado. Dice que es una protesta violenta. Dice que las fuerzas del orden público se han excedido en unos pocos casos.
¿A Ud. ciudadano venezolano le conviene creer la explicación de que se trata de un "golpe de estado" (aunque a veces le agregan el adjetivo "suave" para distinguirlo de los más clásicos como el que intento Chávez en 1992)? Por simplemente ser hablante del idioma español esta explicación no le conviene porque estaría torciendo el significado de dos tipos de rebelión muy distintas: la civil (realizada a través de protestas) y la militar (realizada a través de las armas con golpes de estado).
¿A Ud. ciudadano venezolano le conviene que la protesta se describa como violenta? No creo que le convenga porque la protesta ha sido esencialmente pacífica. Sí lo acepta, cada vez que vaya a protestar por algo lo llamarán violento y podrían hasta ponerlo preso (como ocurre en cualquier dictadura).
¿A Ud. ciudadano venezolano le conviene que se diga que la GNB y la PNB han tenido unos pocos excesos? Tampoco creo que le convenga. Las fuerzas de orden público han actuado junto a grupos paramilitares y han disparado a ciudadanos, causandole la muerte a muchas personas. Si esos asesinatos se describen como "excesos" sólo se les está regañando como si fuesen unos niñitos tremendos, no se les está procesando como lo que son en muchos casos criminales de lesa humanidad.
¿Le conviene entonces a Ud. ciudadano venezolano ser gobernado por personas a quienes no les importa que se cometan crímenes de lesa humanidad, a quienes no les preocupa mentir sobre los tipos de protestas y sobre lo que las origina? Si la respuesta es afirmativa, entonces vea y oiga las cadenas. Créales todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario! Podrá ser publicado una vez revisado...