Tomar la imagen de Marilyn y reproducirla como sopa en lata fue un acto de homenaje irreverente muy propio de Warhol. Hacer lo mismo con un político es un acto de reverencia exagerada, pero con un político que decía varias veces al día que odiaba al imperio es pues peor, porque se torna en toda una reverencia ultrajada. Los colores que ahora muestran las vallas de los ojos de Chávez regadas por Caracas, me dificultan mantener la tesis que planteé el pasado octubre en el post Los ojos de la violencia.
La dificultad está en cómo combinar Marilyn con violencia. El encapuchado es esencialmente violento. Marilyn no. De allí que se me ocurrió que mejor relacionar a Chávez con Marilyn y pensé en pestañas, en cómo se verían esos ojos reptiles con unas pestañas más bien mamíferas. Luego noté que la ceja izquierda lucía incompleta e inconvenientemente gruesa, así que le disminuí el grosor y la alargué un poco... En fin terminé maquillando al tan cacareado símbolo, cual Duchamp. El resultado:
Creo que lo que apareció fue una especie de Liza Minelli con ojos mucho menos grandes y muchísimo menos saltones. Curiosamente, también apareció a la derecha, en el pelo, una suerte de perfil de Lenin o de Ho-Chi-Min... muy apropiado cualquiera de ellos. Una intervención gráfica que reduce, en teoría, la carga violenta inicial pero que la complica con otras implicaciones.
Maquillaje, cortes de cabello ¡pintura de uñas! He ahí una relación: varias personas me han comentado lo similar que luce la firma de Chávez a la marca Valmi. Veamos:
Realmente se parece, sobre todo si se distorsiona el logo alargándolo. Bien. Pero entonces... ¿Cuál es el sentido de esta breve investigación sobre lo que puede haber detrás de la comunicación visual chavista?
Preliminarmente se puede inferir que:
1. Existe un sofisticado manejo del caos visual, para vincular encapuchados latinoamericanos (o árabes) con artistas del imperio y marca de pinturas de uñas de una empresa venezolana.
2. Ese cóctel de violencia, represión, arte liberal del imperio y belleza femenina sólo puede responder a una deliberada intención de crearnos un corto circuito a los venezolanos, algo que Bateson llamó doble vínculo o la ruta hacia una disociación esquizoide (nunca se describió mejor que con aquella frase aparentemente ingenua de "Chávez los tiene locos" - aunque quizás no era precisamente él sino su fiel funcionario J. Rodríguez).
3. Puede ser resultado del hecho de que, J. Rodríguez, psiquiatra graduado en la UCV dirige las campañas electorales del PSUV y ahora su hermana la comunicación del gobierno. Un adversario muy sofisticado, toda una mezcla de Warhol, Liza Minelli y el Ché (con su hermana).
Chrome abre una "nueva pestaña" cada vez que uno le hace click a un paralelepípedo inclinado hacia la izquierda que está en la parte superior de este navegador. Este tema de la comunicación visual que comenzó con unas pestañas colocadas como intervención gráfica del gran símbolo, amerita abrir muchas más.
La cosa está pelúa.
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