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El conjunto de todos los fenómenos observables tanto directamente por nuestros sentidos, como indirectamente a través de mecanismos con los que se hace algún tipo de registro que los representa válidamente, pareciera que reúne lo que estamos en posibilidad de entender, aunque obviamente no todo lo observable es entendible. Lo que entendemos es lo que podemos explicar o predecir o ambas cosas a la vez. Si no podemos ni explicar, ni predecir algo, estaríamos ante una cosa que observamos pero que no entendemos cómo ocurre. El tiempo se cuela en lo que hasta ahora vamos diciendo porque explicar apunta normalmente hacia lo que ya ha pasado; y predecir hacia lo que podría pasar a futuro.
Estas distinciones permiten agrupar en cuatro "territorios" a los fenómenos observables, aunque no sé si esos territorios son "MECE": Mutuamente Exclusivos y Colectivamente Exhaustivos. Por lo tanto, esta propuesta de clasificación de fenómenos observables es un intento teórico, pero no una teoría en sí misma. El siguiente cuadro esquematiza la clasificación propuesta:
Lo Mecanístico
Este es el territorio de lo que se domina técnicamente, e intelectualmente, en general. Por ejemplo, cuando enchufamos la cafetera para hacer café, apretamos un botón y el agua muy caliente comienza a circular desde un depósito hasta empapar el café molido, para que se impregne en su camino hasta la jarra donde se irá acumulando (luego tomamos una taza y nos servimos un humeante cafecito). En este territorio todos los fenómenos son explicables y predecibles. Esto no implica que todo el tiempo las cosas funcionen como esperamos. Un día puede ser que haya un corte eléctrico y no podamos usar la cafetera, pero el cafecito nos lo tomamos colado; o que se nos pasó comprar café y terminamos yendo a tomárnoslo en alguna panadería. Digamos entonces que este es el territorio de la cotidianidad y que de alguna manera quisiéramos que todo fuese así: entendible, seguro, fácil. Pero... solo una parte de los fenómenos son así y, para colmo, los que lo son no lo son todo el tiempo. Hay otros tipos de fenómenos.
Lo Contingente
En este territorio estamos ante las influencias de variables que no controlamos y, por lo tanto, estamos a merced de sorpresas, cosas impredecibles, tanto buenas como malas; pero que una vez que ocurren podemos explicar por qué suceden y entenderlas. Siguiendo con el ejemplo de la cafetera eléctrica, cuando hay un corte de luz intempestivo ponemos en práctica nuestro "plan de contingencia": calentamos el agua con la cocina a gas en una olla, montamos el colador de tela en un pedestal especial que lo sostiene, echamos el café molido en la olla para que el agua se impregne y luego vertemos el contenido de la olla en el colador sin olvidarnos de poner abajo de éste una jarra donde caiga el café. Las contingencias son también parte de la cotidianidad, aunque nos cueste aceptarlas. Podemos distinguir que un contexto es mejor que otro cuando las contingencias que ocurren en él traen muchas más sorpresas agradables que desagradables. La condición básica para estar mejor preparado para lo contingente es aceptar que ocurre y escoger el contexto donde la probabilidad de buenas sorpresas sea mayor que la de las malas.
Lo Estocástico o Ergódico
En este territorio nos encontramos con lo recurrente, lo que de alguna manera responde a patrones que con diferentes variaciones, unas grandes y otras pequeñas, nos permiten estimar lo que puede ocurrir; o sea, son predicciones menos exactas que las del terreno Mecanístico, pero en muchos casos lo suficientemente buenas para que la vida marche bastante bien. Siguiendo con el mismo ejemplo, hay supermercados en los que hay una mayor probabilidad de que la marca de café que más me gusta, la encuentre. Es a alguno de esos al que voy cuando está por acabarse el paquete de café que tengo en casa. En la curva que sirve para entender la distribución de probabilidades de encontrar el café que me gusta, hay a la izquierda supermercados donde casi nunca venden esa marca; en el medio hay unos en que a veces hay y otras veces no; y a la derecha están los que generalmente tienen ese café, pero en el extremo de la derecha están los que siempre lo tienen, pero son muy caros y entonces decido "funcionar" con aquellos donde en un 80% de las veces voy a encontrar el café molido que me gusta.
Lo Super Aleatorio
Este misterioso territorio de lo observable es donde aparecen de la nada fenómenos inexplicables. Es la zona de los milagros, de lo que sucede sin una causa identificable. No solo es inexplicable la ocurrencia, tampoco es predecible. Por ejemplo, tomándome un café se me ocurre una idea que no sé cómo surgió y esa idea con el tiempo se convierte en un emprendimiento con el que me vuelvo millonario. Ciertamente, las ideas no vuelven millonario a nadie, a menos que sean convertidas en realidad; pero son los chispazos que provocan el fenómeno. Algunas ideas son Mecanísticas; otras Contingentes; otras Estocásticas o Probabilísticas; pero otras son misteriosamente únicas, sin ninguna claridad sobre dónde vienen y quizás sean las más disruptivas y prometedoras. Me imagino que el mecanismo causa/efecto, sólidamente instaurado en nuestra mente, es el principal obstáculo para aceptar, como acto de fe, que existe ese terreno donde pueden pasar cosas que no tienen causa. ¿Ese acto de aceptación sería algo que aumentaría la probabilidad de que lo Super Aleatorio pase? En teoría no, pero quien sabe...
Distinguir el territorio en el que algo ocurre puede orientarnos sobre las herramientas más indicadas para entender lo que observamos que pasa. Hay fronteras entre los territorios en las que eventos complejos tienen componentes de 2, 3 o hasta de los 4 territorios. Sospecho que la conversación sobre Contingencia que tuve con ChatGPT hace unos días, que sirvió de base para esta reflexión, fue uno de esos eventos complejos.
Los territorios están en función de los deseos e intenciones de quién lo ocupa, lo domina o lo usa...de ahí esa cuatripartición... interesante perspectiva territorial....ya me voy tomar un café incolado..
ResponderEliminarAbrazos. DDLR
Siguiendo tu escrito, se me ocurre que hay una interación, una especie de circuito entre los 4 cuadrantes, en la cual lo inexplicable y súper aleatorio debe terminar eventualmente en lo mecanístico. Si existiera un dios, en el que, en lo personal, yo no creo, pasaría de lo súper aleatorio a lo mecánico; en otras palabras, al racionalizar lo súper aleatorio, a un dios lo crearíamos los seres humanos... En fin, nunca se sabe que se te puede venir a la mente. ¡Gracias por el artículo!
ResponderEliminarUn detalle mecanístico-contingente-estocástico y nada súper aleatorio: escribí mi comentario antes de identificarme, pero cuando me identifiqué, tu página lo borró. Como no hay un dios súper aleatorio, un dios omnipotente y aleatorio que decidiera que no vale la pena guardar el texto sin saber quién lo escribe, ese borrón corroboraría tu disertación. Gracias por el artículo.
ResponderEliminarJejeje sigue siendo Mecanístico. Es que la aplicación manda los comentarios al moderador para ser aprobados. Una vez aprobados "magicamente" ¡aparecen!
EliminarMe detengo a leer los escritos de solo dos amigos: Inti y tú. Solía leer los de Máximo, pero... El punto es que ustedes me dan mucho en qué reflexionar, y eso lo agradezco muchísimo. Abrazos, Moses!
EliminarGracias David! Gracias Chucho!
ResponderEliminarMuy interesante Moisés!
ResponderEliminarLos territorios que describes en dos dimensiones parecen una sección del universo en un determinado momento vista desde la posición del observador. Cómo imaginas sea el modelo tridimensional del espacio Entendible dentro de lo Observable?
Suponiendo sea una esfera… cada territorio es un espacio o volumen - cierto? Si así fuera. Cómo visualizas las fronteras de cada espacio?
Sorry por complicar tu modelo con estas preguntas.